Chandigarh Cafe (Sarrià-Sant Gervasi)
Scott ChasserotChandigarh Cafe (Sarrià-Sant Gervasi)

Terrazas secretas de Barcelona en las que (seguramente) nunca has estado

Terrazas poco concurridas y escondidas para que te tomes tu caña y tapa en espléndida soledad y buena compañía

Ricard Martín
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"De acuerdo, vamos a cenar a la terraza, cari. Oye, pero ese de ahí al lado ya se fumado paquete y medio, y esos 17 suizos de la mesa de al lado parece que se hayan bebido todo el aguardiente del abuelo de Heidi, por los gritos que pegan. Vaya, esto del terraceo es como estar apretujado en la barra de un bar, pero pagando un suplemento de aire libre. Mejor vamos al balcón de casa". Sí, el terraceo ha sustituido el criticar al prójimo como deporte nacional (dos modalidades que a menudo van juntas). ¿Dónde encontrar una terraza tranquila en Barcelona? Si estáis hartos de adocenamiento, apretujones y sablazos, poned los pies en estas discretas y (casi) secretas terrazas, y procurad ir con poca gente, que si no se corre la voz. Y si sois finos y de cartera abultada, aquí los mejores 'rooftops' de hotel

NO TE LO PIERDAS: Las mejores terrazas de Barcelona 

Time Out Market Barcelona
  • Qué hacer
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene como objetivo celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. Presente en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Oporto y Ciudad del Cabo, entre otros, el de Barcelona se encuentra en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum. El espacio, de 5.250 metros cuadrados, acoge una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre, con espectaculares vistas al mar y la ciudad, con edificios tan emblemáticos como la Torre del Reloj de la Barceloneta y la nueva lonja de pescadores. Cabe mencionar que uno de los bares corre a cargo de Paradiso, una de las mejores coctelerías del mundo, que ahora también tiene la mejor terraza de la ciudad.

  • Bares de vinos
  • Gràcia
  • precio 1 de 4

La Graciosa es la casa de la Debora (sarda, hija de viticultores) y Gianluca (sumiller milanés, ex Bar Brutal). En unos bajos de Gracia, estos apasionados del vino natural manejan unas cincuenta referencias de pequeños productores, expuestas con el precio pintado en la botella donde elegir, con el foco puesto en la selección afinada más que en la extensión.

Y al cabo de diez minutos de abrir, la gente se apelotona para encontrar lugar en un patio interior delicioso. El sitio es redondo: te explican qué bebes con todo el cariño del mundo, el lugar es una extensión de su casa, y por ídem de la tuya, y si tienes hambre, pues una degustación de delicatessen de Cerdeña con vinos naturales km 0.

  • Mediterránea
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 3 de 4

Los barceloneses tenemos fama de ser discretos y de querer ir a sitio discretos. Pues ya nos podemos sacar de la cabeza este complejo de discreción con el excesivo y divertidísimo Gala, la suntuosa apuesta del Grupo Isabella's por la estética surrealista. Abierto todos los días del año, del mediodía a la madrugada, Gala es un macroespacio que lleva el homenaje a la estética daliniana y el surrealismo hasta las últimas consecuencias (y donde se hace realidad aquel tópico de 'mirar y que te miren').

Un carrusel de caballitos en la entrada, un comedor enorme que mezcla 'Alicia en el País de las Maravillas' con Dickens, un patio interior con una fuente que brota de una nariz daliniana... Pero la palma se la lleva la terraza del restaurante: ¡un patio interior con dominada por una fuente en forma de nariz gigante! Reposar tus posaderas en mullidos cojines dentro de un palacete surrealista nos parece una variante del terraceo exquisita.   

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  • Mediterránea
  • Les Corts
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Gracias también a su barra y a la terraza, situada en la animada plaza de la Concordia, Fragments es un referente gastronómico de Les Corts, con una carta de entrantes como los corazones de alcachofa en aceite de parmesano o berenjena a la brasa y papada confitada. Este local eleva la gastronomía de bar al menú degustación. Y lo que quizás no sepáis es que esconde premio (secreto). Además de la terraza de la plaza, dispone de un maravilloso patio interior –que en invierno se puede climatizar– en el que podréis comer o tomar el vermut a la sombra de un almez centenario. 

  • Bares de tapas
  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

La gracia de sentarse en la terraza del Magatzem.03 -el bar del campo de fútbol de la Barceloneta- es que tienes una de las mejores terrazas de Barcelona, ​​a un tiro de piedra del mar. Esta a la sombra de la mole de cemento del campo y de una frondosa arboleda de pinos: una sombra a prueba de olas de calor, frente al majestuoso edificio de la Antigua Catalana de Gas y su gasómetro.

El café es bueno y las cervezas son baratas -tienen todo el catálogo 'mainstream' que os podáis imaginar y os podéis zampar desde un fenomenal bocadillo de tortilla de verduras a un capipota, de media mañana a cierre (que puede ser las once o las doce, según el día, me dicen). Aquí solo hay locales que se adueñan del bar: estudiantes de la residencia, obreros y trabajadores de los centros de investigación. ¿Y como es que no hay turistas? Pues por el motivo más viejo del mundo: no lo saben. Y tú, 'chanta la mui', siéntate y bebe.

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  • Museos e instituciones
  • Arte y diseño
  • La Font de la Guatlla

Quien no haya visitado esta antigua fábrica textil –diseñada por Puig i Cadafalch, una de las obras maestras del Modernismo– es un marciano. Y aparte de su potentísima oferta cultural, tiene una nada despreciable terraza interior deliciosa. Tomarse una caña entre sus venerables muros de ladrillo, a la sombra de un toldo, es una manera fenomenal de pasar la tarda (mientras tu pareja disfruta de la exposición de jarrones de la dinastía Ming de turno). Las tapas son bastante decentes. Valor añadido: la majestuosidad del espacio –y la inquietud cultural de los visitantes– favorecen que no tengas que escuchar las chorradas habituales terraciles, que más que diálogos parecen letras de Georgie Dann.

  • Venezolana
  • precio 1 de 4

El restaurante Cantero tiene una ubicación de lo más telúrica: justo al lado del desnivel de la vía del tren que históricamente separó Poblenou de Barcelona, justo debajo del puente, en un callejón sin salida. Lo que podría parecer arrabalero o sórdido, es todo lo contrario. Esta singular localización procura al restaurante una bendita terraza alejada de flujos turísticos, sin tráfico, y que solo conocen los residentes habituales o trabajadores de la zona (que suelen ser bastante modernetes). Y la comida esta a la altura. Este es un enclave de gastronomía venezolana tradicional. Tanto te puedes zampar un buen plato de pabellón criollo como unas arepas rellenas de pollo y aguacate de cremosidad brutal. Y por si fuera poco, este también es punto vermutero de primer nivel. Tienen tiradores de cerveza artesana y saben como utilizarlos. Y ojo al dato: todo lo que comerás es casero. Incluso la masa de las arepas, que hacen cada día. 

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  • Comida rápida
  • precio 1 de 4

Al lado del Cantero: los responsables del Van Van Market han abierto en esta barra un restaurante que cambia cada semana. Cada siete días cocina un 'food-truck' diferente, de los más de tres centenares que la asociación de furgonetas deliciosas tiene en su base de datos. Porque de hecho, el Var tiene las medidas exactas de un 'food-truck': 18 m2 y dos entradas. Ahora bien, compensa esta estrechez con una terraza magnífica, bajo el puente que separa Poblenou del resto de la ciudad. Nunca sabréis qué os encontraréis aquí, si no les seguís en las redes sociales (y tiran la caña muy bien).

  • Mediterránea
  • Pedralbes

No es un restaurante de cocina india: Paula Ospina –fotógrafa y restauradora en Les Filles– se ha inspirado en la utopía urbana que Le Corbusier construyó en India. En una casa con jardín en Pedralbes y lejos de los tópicos del interiorismo reciente, esto es una fiesta del cromatismo alegre, con un patio de árboles maravilloso (¡por las copas corren ardillas!) y un interior lleno de diseño clásico, como sillas Chandigarh diseñadas por Jeanneret, colaborador de Le Corbusier. La terraza es una deliciosa sorpresa: una explosió de vegetación tupida, con palmeras incluidas, que emerge entre el aburrido ladrillo rojo de Pedralbes. El chef francés Hervé Escobar firma una carta tan elegante y precisa como el propio local. 

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  • Coctelerías

Ahora ya no puedes entrar en el mundo de 'Alicia en el País de las Maravillas', pero a cambio os encontraréis con un jardín digno de cuento: después de un cambio de manos, el local que hasta ahora estaba decorado como el cuento de Lewis Carroll, acoge un nuevo proyecto con una terraza secreta perfecta para tomar un cóctel mientras te olvidas que estás en pleno centro de la ciudad.

En este patio interior, lleno de verde y piedrecitas en el suelo, os servirán un 'brunch', cócteles, 'smoothies' o un café con hielo de toda la vida. Entre las diversas formas de mesas, sillas y sofás, todo el mundo puede encontrar su rincón perfecto, tanto quien quiere ir a leer tranquilamente como quien prefiere pasar un rato con amigos en un pequeño oasis de la ciudad. Además, ¡cada jueves a partir de las 18 h hay música en directo!

  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera

Las cosas extraordinarias son a veces las más obvias y las que tenemos más cerca. Como la terraza del Convento de San Agustín: este agradabilísimo y singular bar de centro cívico se encuentra ubicado en un edificio gótico del siglo XIV, y dispone de una terraza con vistas al claustro que transmite tranquilidad y recogimiento. Y donde te puedes repantigar con una cerveza bien tirada y un bocadillo curioso, sin miedo de que un patinete eléctrico le alise el cráneo a tu hijo mientras juega.

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