La Font del Gat
Foto: Karla Schmotzer | La Font del Gat
Foto: Karla Schmotzer

Las mejores terrazas de Barcelona

Descubre las mejores terrazas de Barcelona: vistas impresionantes, buen ambiente y la mejor comida y bebida de la ciudad

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A los barceloneses nos encantan las terrazas. Tenemos de todo tipo y en todas partes, pero a menudo elegimos la que más cerca tenemos para tomar un café. Aquí encontrarás las más carismáticas; terrazas secretas y escondidas donde puedes estar tranquilo, terrazas donde comer paellas excelentes y tomar cañas con un dedo de espuma (o dos, va a gustos), terrazas con vistas espectaculares y terrazas bonitas y con encanto en plazas preciosas. Os hemos hablado de las mejores terrazas para disfrutar en invierno y de las mejores terrazas de hoteles de Barcelona. Ahora toca una selección de establecimientos donde podrás disfrutar del buen tiempo y el buen comer como tanto nos gusta, ¡al aire libre!

NO TE LO PIERDAS:  Los 50 mejores restaurantes de Barcelona

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Time Out Market Barcelona
  • Qué hacer
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene como objetivo celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. Presente en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Oporto y Ciudad del Cabo, entre otros, el de Barcelona se encuentra en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum. El espacio, de 5.250 metros cuadrados, acoge una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre, con espectaculares vistas al mar y la ciudad, con edificios tan emblemáticos como la Torre del Reloj de la Barceloneta y la nueva lonja de pescadores. Cabe mencionar que uno de los bares corre a cargo de Paradiso, una de las mejores coctelerías del mundo, que ahora también tiene la mejor terraza de la ciudad.

Terrazas de película

  • Sants - Montjuïc

Una de las imágenes que más recordamos de los Juegos Olímpicos de aquí es la de los saltadores de trampolín 'volando' con Barcelona de fondo. Y el espíritu de esta efeméride recorre Salts, un bar terraza en la Piscina Municipal de Montjuïc con la ciudad a vuestros pies, donde se recuerdan los bellos tiempos entre un buen montón de tapas y bebidas dignas de un 'terraceo' de calidad. Los nachos, bravas, hummus y otras pica-pica son ideales entre tragos de cervezas, vinos o, si está en forma para una buena inmersión en la esencia de Salts, una sangría de vino 'La bañista'. Los laborables abren de 11h a 24h y los fines de semana ponen en marcha un poco antes, a las 10,30h, con cocina ininterrumpida de donde, aparte de los tentempiés, también salen ensaladas, bocadillos fríos y calientes, hamburguesas y, hasta todo, pizzas de saltos. Algunos días también invitan a artistas para amenizar las cenas.

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  • El Poble-sec
  • Crítica de Time Out

En una construcción hecha para la Exposición Universal de 1929 y en lo que se suele llamar un marco incomparable, este restaurante es un oasis de paz y naturaleza. De hecho, es tan evocador que dan ganas de escribir poemas en las servilletas. En la primavera de 2025 el Grup Confiteria reabrió el restaurante de la Font del Gat, una obra de Puig i Cadafalch de 1925, situada dentro de los Jardines de Laribal.

El espacio es una maravilla: 700 metros cuadrados, con dos de las mejores terrazas de Barcelona: una frente a la fachada del edificio de Puig i Cadafalch, la otra un balcón con una visión panorámica, y todo rodeado por unos jardines de Rubió i Tudurí, paisajista maestro del jardín noucentista. La acción sucede fuera del restaurante, claro, con una capacidad cercana a las mil personas. Y a precios populares: de miércoles a sábado, un menú cerrado con ensalada, gazpacho y espetos de sardinas, carne y verdura, hecho a la brasa. El domingo, lo mismo, pero con arrossada popular en formato paella gigante. Y siempre encontraréis unas diez tapas catalanas y música en vivo. No se puede pedir más, la verdad. 

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  • Sants

En la antigua fábrica textil de Can Batlló, convertida –con éxito– en un espacio vecinal autogestionado desde hace años, siempre se cuece algo. Lo mismo ocurre en el bar restaurante que hay dentro del recinto, en la parte que da a Gran Via. Se llama Cantina LAB, es una cooperativa y tiene una terraza donde se hace de todo: calçotades, vermuteos musicales, DJ sets, cine al aire libre y cualquier evento digno de ser celebrado. Por si fuera poco, de la cocina salen menús de mediodía, tapas y platillos a precios enrollados. Si sois un grupo mixto de carnívoros, vegetarianos y veganos, en la Cantina encontraréis opciones que contentarán a todo el mundo.

  • Española
  • El Poblenou

Abrieron en 2015 y ya son toda una institución. Sobre todo a la hora del vermut: su maravillosa terraza, justo donde se inauguró la primera supermanzana, en Poblenou, es un oasis de cerveza bien tirada, sol y asfalto simpático y a la sombra, sin coches. ¿Dónde están los detractores de la supermanzana? ¡Tomando birra y croquetas aquí! Catacroquet, un bar de tapas encantador, a medio camino entre el bistrot y la casa de comidas, ha elevado la croqueta a la categoría de pequeña aventura culinaria. Olvidaos de las de jamón y pollo –no están en la carta– y atreveos a probar la multitud de combinaciones que ofrecen. Todas hechas a mano y con buena cocina, ojo. Croquetas de carrillera ibérica al Pedro Ximénez, de rape y gambas, o de tortilla de chistorra, por ejemplo.

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  • Mediterránea
  • La Vila Olímpica del Poblenou
  • Crítica de Time Out

El nombre es adecuado y no hace referencia a delirios de grandeza: el Superlocal es un restaurante muy grande, y de hecho el origen del producto responde a una estricta proximidad; no hay nada en la carta que provenga de más de cien kilómetros de distancia del Port Olímpic, con especial predilección por pequeños productores. Este restaurante del Grup Pantea, abierto a finales de 2024, tiene una carta que hace justicia a su capacidad (¡unas 250 personas sentadas y 500 de pie!): encontraréis desde tapas y platillos donde el vegetal es el protagonista, hasta arroces, pescado fresco y carne a la brasa. Se agradece mucho que hayan sofisticado y slowfoodizado la oferta de tapas, con un nivel muy bueno.

La terraza es magnífica, luminosa, y genera un estado de descompresión cercano a la felicidad. Desde aquí se domina todo el Port Olímpic en su nueva encarnación arreglada, minimalista y espaciosa, y la separación entre mesas es óptima, así como la comodidad de sofás y sillas. Un pequeño lujo que no lo es tanto, si tenemos en cuenta lo buenas y lo bien de precio que son sus pizzas.

  • Coctelerías
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4
  • Crítica de Time Out

En Pere IV con Llacuna han abierto una coctelería que parece sacada de una serie de David Simon, con un componente sórdido de lo más acogedor. Penumbra naranja, fórmica, cuero... Estamos en un dive bar, que es la versión norteamericana del bar de viejos de toda la vida, y donde tanto te hacen un cóctel excelente como te sirven cervezas y bocadillos (y entonces algo familiar remite al bareto de aquí). No son de Brooklyn: Carles Vélez, hijo del Poblenou, conoció a su pareja, Sen Enver, londinense, en Nueva York.

La terraza rebosa carisma: un trozo ancho de acera en una esquina de Llacuna donde todavía se respira el ambiente de los bares de siempre, que ellos han decorado con sombrillas y tumbonas que remiten a Miami y Florida. Cuando se acaba la jornada laboral, aquí hay ambientazo y pasan cosas bonitas: cerveza bien tirada, coctelería excelente, pop-ups gastro, arte y DJs del barrio. Sin duda, hacen de Barcelona un sitio poco mejor.

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  • Experimental
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4

El Antic Teatre es un centro cultural y social de referencia en la escena independiente de la ciudad, situado en un pequeño local del barrio del Born. Su misión es apoyar y fomentar la capacidad de experimentación, creación, producción y difusión de los artistas. También trabaja en la investigación de nuevos lenguajes del cuerpo y el movimiento, así como de nuevas dramaturgias. El espacio está abierto todo el día: de lunes a jueves de 10 a 23 h, los viernes de 10 a 00 h, los sábados de 17 a 00 h, y los domingos de 17 a 23 h. Los fines de semana por la noche hay música en vivo en la terraza.

  • Cafeterías
  • Sarrià - Sant Gervasi

En este encantador local con terraza y un patio interior frondoso y con mucho verdor, encontraréis una carta de brunch con opciones de todas partes; 'scones' británicos con mantequilla batida, desayuno danés, huevos 'shakshuka' y Benedict, boles de trigo sarraceno y su plato estrella, 'syrniki'. De origen eslavo, son unas crepes 'blinis', esponjosas por dentro, crujientes por fuera y servidas con 'cremme fraiche' y frutas de temporada. La presencia eslava no termina aquí. También podréis probar la costilla de salmón con puré de patatas, espinacas y guisantes y el pastel Napoleón de hojaldre y crema pastelera. Para beber, una selección tés de la reputada casa francesa Kusmi y café batch brew, cold brew y filtro de cuatro proveedores distintos (DAK, Slowmov, Hidden y Three Marks). Si el cuerpo os pide grados, preguntad por la carta de vinos naturales catalanes, franceses y georgianos. El patio, acogedor y amplio, es ideal para ir con niños y/o perros.

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  • Italiana
  • Sant Antoni
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out

El capitán de este antiguo garaje reconvertido en una coctelería restaurante de aires neoyorquinos es Badr Bennis; siete años de experiencia en el Hotel W a sus espaldas y muchas ganas de conseguir que nos acostumbramos a comer con cócteles como hacen en la Gran Manzana. Cócteles clásicos y creaciones propias. Pero si algo diferencia al Gasolina de los restaurantes club con mayor pretensión que oficio es su cocina italiana de primera categoría: se come muy bien, con raciones abundantes y producto excelente, con pasta fresca de factura propia. El chef, Nicola Valle, clava lo tan maltratado como los espaguetis en la carbonara. Carta corta y efectiva: 'antipasti', seis pastas (la fresca hecha en cocina) y algo de carne y pescado donde se permiten licencias creativas y juguetonas. La terraza está en un tranquilo pasaje peatonal.

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

El Bar Alegria es un precioso local modernista inaugurado en 1899 en la esquina de Gran Via con Borrell. Ahora el dueño es Tomàs Abellán, hijo del chef Carlos, y aquí hace cocina de Barcelona; una suma de pescado de lonja, huerta, guisos y tapas –son célebres las gildas y las ensaladas– que se presenta en dos pizarras que van moviendo. Casero de toque excelso, con guiños al padre como el bikini de jamón ibérico y aceite de trufa. Esta es una propuesta histórica, seria y sólida que ya se ha consolidado como uno de los iconos modernos del barrio de Sant Antoni. La terraza debería ser patrimonio de la humanidad.

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  • Catalana
  • precio 3 de 4

Madre Taverna Moderna es de Leo Chechelnitskiy, propietario del Babula Bar, y ha convertido el bar de tapas de su madre en una taberna urbana de guisos a fuego lento y tapas tanto aptas para el barcelonés como para los admiradores de ese tipo de decorado de Batman que en un inicio proyectó a Gaudí. Además, tiene una terraza difícil de creer –desde la avenida Gaudí, que baja, se domina todo el panorama– donde te llevan tapas y platos clásicos con un toque creativo: albóndigas, calamares a la romana, suquet de rape, y también arroces de lo más recomendable (del señorito, de presa ibérica, o el de butifarra negra con setas).

  • Mediterránea
  • Sant Antoni
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

El Calders es todo un referente de los vermuts y vinos de Sant Antoni. Su terraza, en un pasaje sin circulación, es una de las más cotizadas del barrio. Se crea un ambiente que hace que nunca tengas ganas de abandonar tu silla. A cualquier hora sirven comida, por lo tanto, siempre seréis bienvenidos. Vermut de Reus y, para picar, tienen unos nachos completísimos, patatas gruesas con tres salsas, anchoas muy buenas, embutidos, quesos, hummus... cerveza bien echada y gintónics bien preparados, por si la cosa se alarga y necesitáis más gasolina para terminar de rematar.

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  • Catalana
  • Sants
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Instalado en la tranquilidad de la plaza Iberia, uno de esos lugares que nos recuerdan que Sants fue un pueblo, la oferta gastronómica quiere dar cabida desde la cocina tradicional a las aportaciones internacionales que nos recuerdan que todo está en perpetua transformación. Aquí podréis disfrutar de una variada oferta gastronómica singular con mucha calma, la terraza invita a hacerlo así. Para empezar con un buen vermut de Reus con un pica-pica de encurtidos en vinagre clásicos y pinchos de calidad, y continuar con una buena comida con productos de la tierra, km 0, con la esencia de la clásica cocina mediterránea con un toque moderno y actualizado: por ejemplo, fideuá a la leña con cigalas, sepionetes con huevo a baja temperatura y jamón ibérico, dados de solomillo al humo de hierbas, un canelón de pato con salsa trufada con setas y parmesano o pulpo a la brasa con parmentier de patata y ajo al carbón.

  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out

En el a Restaurante, en el Hotel Neri, está capitaneado por el chef Alain Guiard, de solvencia contrastada en el Santa Burg y La Mundana. Aquí propone una cocina divertida, juguetona. Como en el 'ragú' de corball, escupiña y mejillón con naranja y coco, y el canelón de asado, bechamel de almendras tiernas y teriyaki. En la carta hay un espacio pensado para compartir, con tapas habituales pero igualmente innovadoras, como las croquetas de bogavante. Y la terraza... ¡Ay, la terraza! Está en uno de los rincones más bonitos de la ciudad, en la plaza Sant Felip Neri.

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  • Cocina creativa
  • Dreta de l'Eixample

La elegancia, sofisticación y aires coloniales del Hotel Cotton House se trasladan a la exquisita terraza de patio interior de manzana de su restaurante y coctelería, el Batuar. La carta apuesta por los productos de temporada, la tradición de aquí e influencias de todo el mundo. Encontraréis desde unas croquetas de 'rostit' con 'mojo' de orejones y  ciruelas para picar, una lubina con salsa de coco y albahaca, berenjena china y plátano macho como principal y un ganache de maracuyá con sablée bretón de jengibre y piña en textura de postre. La carta coctelera no se queda atrás y el gran protagonista es el ron. La impresionante terraza, llena de plantas, se aprovecha para hacer show cookings y pop-ups interesantes.

  • Música
  • Horta - Guinardó
  • Crítica de Time Out

Como quien encuentra un match en Tinder que dura más de una cerveza y un polvo, así te sientes cuando entras en Samba Brasil. Un bosque exótico y sin humo (prohibidísimo fumar), donde puedes llenar los pulmones de aire, una sensación casi inimaginable entre los bares apretados de Barcelona. La terraza te invita a tomarte alguna de las especialidades de la casa: mojitos, caipiriñas o un combinado con frutas que no encuentras en cualquier supermercado. Los helechos, palmeras y la hiedra son un envoltorio perfecto para las mesas del jardín y la balsa llena de carpas, que se esconde en medio del patio interior, donde los soñadores desorientados han lanzado céntimos.

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  • Catalana
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out

El Restaurante Glaciar es una de las ofertas más antiguas que ofrece la plaza Reial, y lo es desde 1922, cuando abrió en la Rambla. En 2021 el joven grupo de restauración de La Pomada se encargó de darle una nueva vida. El local mantiene intacta la decoración de interiores con las columnas de hierro, las sillas de madera y la barra y las mesas de mármol. En el exterior la conserva también perdura con una terraza con vistas privilegiadas a la plaza. Este espacio se ha convertido en el punto de encuentro de jóvenes y turistas que buscan un ambiente cálido e informal donde comer, en una ubicación estratégica y agradable de la ciudad. Después de una larga etapa de bar de bocadillos, tapas y plato combinado, ahora se ha convertido en un restaurante con un enfoque de bistrot de clásicos de la cocina catalana, con especial cuidado en la elección de los vinos, y con una buena coctelería. Entre la oferta de vermutería, tapas, ensaladas, arroces y pescado destaca la oferta de un plato de carne, concretamente el 'Plat centenari del Glaciar': pies de cerdo rellenos de butifarra con cremoso de patatas y jugo de carne.

  • Catalana
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Un bar bonito de narices: una barra limpia de mármol blanco con cocina a la vista y mesas de taburete alto. Xavier, el dueño, trabajó en bares de Madrid, donde aprendió a echar la caña. Tiene el bar y la barra en la sangre: ¡su familia fueron los introductores del sifón en la provincia de Girona! Gente de alta gastronomía para cocina de barrio a precios de barrio, incluido su menú mediodía. Tienen unos mejillones al vapor excelentes y unos callos para llorar. Los platos fríos son una bendición en barra, como la ensalada de garbanzos con el punto de vinagre con tiralíneas. Vermut de Morro Fi, buena elección de vinos de la tierra a copas y tempranillo de tirador fresquito en porrón. ¿La terraza? Pues, en la plaza del Fort Pienc, justo enfrente del mercado y la biblioteca. ¡Gloria bendita!

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  • Italiana
  • El Poble-sec
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out
Xemei
Xemei

La terraza de este restaurante veneciano tiene algo del fin del mundo. Quizás porque está situada en la falda de Montjuïc o por no haber ninguna otra atracción cerca. La terraza siempre está llena a rebosar. Podéis pedir a la pareja para casarse mientras alguien grita por detrás: "¡Espaguetis!". Es sólo una invocación de aquella imagen de la peli de Disney 'La dama y el vagabundo'. Xemei, que ya es un veterano de la escena restauradora italiana de la ciudad, sigue siendo una referencia ineludible de la buena comida. Es necesario reservar sí o sí.

  • Turca
  • Sant Gervasi - Galvany
  • precio 2 de 4

En medio del Turó Park y escondido entre los árboles encontraréis un pequeño café con sombrillas que sirve desayunos, vermuts y comidas. La carta es corta; tres opciones de huevos, un par de hot dogs, otro ensaladas, un bikini, un bocadillo de pastrami, una hamburguesa y listos. En el departamento dulce, pasteles caseros que cambian semanalmente, brownies, cookies y croissants. Y para beber, tés, cafés, limonadas, vermuts y birra. Ya lo veis, aquí no se complican mucho la vida ni falta que les hace.

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