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Cena Navidad

Restaurantes para la cena de Navidad perfecta en Madrid

Vienen las cenas de empresa y uno va donde toque. Pero con las visitas de familia y amigos tienes margen para decidir. Aquí van nuestras sugerencias

Gorka Elorrieta
Escrito por
Gorka Elorrieta
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Esta navidad tampoco te va a pasar como al protagonista del mítico cuento de Dickens, como a Bill Murray en ‘Los fantasmas visitan al jefe’. No va a ser una navidad catártica. Seguramente sea otra navidad, con encuentros esperados, inesperados y desesperados. Y sin el Gordo. Igual vienen tus padres o tus suegros, igual tienes que llevarte de cena a tu cuñado o a ese amigo al que le gusta comer (bien, se entiende). Igual tus primos, que ves dos veces al año, se acercan para hacer compras y ver, de paso, un musical o llevar a los niños a la Warner o a la expo de Harry Potter.

Las combinaciones son infinitas y, te guste más o menos, alguna te cae. Como todos los años. Pensando en complacer y/o salir bien parado te damos varias pistas donde todos los bolsillos son bienvenidos. Sonríe. Toca celebrar. 

Si tu visita es extraterrestre (y tiene un décimo)…
©Juanan Barros Moreno

Si tu visita es extraterrestre (y tiene un décimo)…

No vayas a un bar cualquiera o al Museo del Jamón a probar nuestro producto estrella. Que uno no se cruza con alienígenas todos los días. Como poco, hazte con un hueco en la barra de Álbora para puntuar las diferentes añadas que sirven de Joselito. O llévale a un sitio de otro planeta (interiorismo incluido). Algo como DiverXO. O, a falta de una mesa libre a estas alturas, al StreetXO. También puedes diseñar una incontestable/animada/castiza ruta de barras fabulosas para el aperitivo (metro arriba, metro abajo). Callos en Bar Alonso, torreznos en La Raquetista, pincho de tortilla en La Ardosa, tapeo marinero en Rafa, un vermú en Bodegas Ricla, bacalao rebozado en Casa Revuelta, laterío en El Cangrejero

…Y si al final te ha tocado un pellizco

¿Aún te lo estás pensando? Homenaje en Sacha, ¿no? Añade unos amigos. Los justos, los que caben en una de sus mesas. Al vino invitas tú.

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Que quieren un japo y en las provincias… ya se sabe

Bueno, acaban de darle una estrella Michelin a Félix Jiménez, que oficia en Kiro Sushi (Logroño), pero, sí, no es cosa fácil encontrar un japonés con garantías por ahí fuera. Aquí buenos exponentes nos sobran. Tantos que tendrás que hacerte otra pregunta. ¿De qué tipo? Kabuki Wellington (elegancia en sala y plato), Kappo (sublime barra para nigiris), Miyama Castellana o 99 sushi bar Eurobuilding (incuestionable disfrute para aficionados y neófitos), Umiko (joven, vibrante y personalísima fusión), Yokaloka (top de barrio). Encajan todas las carteras.

Si vienen tus suegros...

Si no quieres fallar, tres palabras: La Buena Vida. No hablamos de la librería (siempre un buen destino, por otra parte). Marca en rojo el restaurante de Elisa Rodríguez y Carlos Torres. Cocina de temporada, ambiente íntimo, trato exquisito y una bodega para tirarte el rollo. Buena parada si pagáis a escote. Si vienen generosos e invitan ellos, no hay duda, ponte en manos de Juanjo en La Tasquita de Enfrente. Si el presu es más ajustado pero quieres mantener el nivel de satisfacción y que se vuelvan contentos… Lakasa. Te pedirán repetir en la próxima visita y esto vale para los tres candidatos.  

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Si l@s amigo@s de tu novi@ guiri son veganos…

¿De tiendas por Malasaña? Vega. ¿Domingo en el Rastro? La Encomienda. ¿De paseo por el Barrio de las Letras? Rayén Vegano.  

Si andáis de compras de última hora…

Vamos, que llevas toda la mañana esquivando gente entre la Plaza de Callao y los alrededores Sol y no quieres comer en la enésima cadena de fast food. Si te apetece un respiro, reserva mesa en Atlantik Corner o en Chuka Ramen Bar –y después haces la última cola del día para comprar turrón en Casa Mira-. Si no quieres parar demasiado, algo rápido (y picante) en Bolero Meatballs o una pizza en horno de leña de Ouh...Babbo!

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Si la visita incluye un musical…

Les hayas acompañado o esperes a la salida, seguramente estés ante un panorama poco alentador. Fúndete con la masa. Déjate llevar un poco. Que además han ido con los niños. No te compliques. Cuéntales la anécdota de Obama y llévales a comer una hamburguesa con patatas al Five Guys. O, como aún no las has probado, te plantas en el recién llegado Carl’s Jr. para pedir su exitosa Western bacon cheeseburger y un batido. Sin frenos. 

Si han venido todos (menos el perro)…

Algo tradicional, sin aristas. Platos reconocibles, de notable factura, con ambiente distendido y para todos los bolsillos. Con esas coordenadas se ajustan La Maruca o mejor La Primera, el último proyecto de Paco Quirós. Pero también La Castela o La Catapa por la zona del Retiro.

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Si tu pareja vuelve de una temporada laboral en Londres, París o Dubái…

… y es Navidad y quieres celebrarlo. Si en tus cálculos entra algo refinado, con una decoración sofisticada, con unos platos tan suculentos como estimulantes, producto XL y una técnica a la altura... el sitio es A’Barra. Renovarás los votos para la siguiente temporada. Puedes escoger entre el restaurante y la barra (si crees que eso del showcooking puede sumar atractivo a la experiencia). O si después de esperar dos meses, no te importa hacerlo dos horas más (a la intemperie con gorro y guantes de lana), id a Nakeima. Pedid menú+maridaje completo y ¡a gozar! sin la formalidad de la apuesta anterior. Y si la cosa empieza a resquebrajarse... mejor decides tú mismo/a.

Si quieres empezar a ahorrar para la cuesta de enero…

Lo que podías te lo has gastado ya en regalos y cenas de empresa. Un bocadillo y a correr. Pero tampoco quieres que tu visita se zampe cualquier bocata de calamares. Hay dos direcciones que no fallan. El Porrón Canalla (Centro) y  John Barrita (Chamberí-Argüelles).
 

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Si quieren recorrer los puestos de la Plaza Mayor…

Puedes llevarles al siempre turístico Mercado San Miguel (que les gustará, eh) o puedes llevártelos hacia La Latina con parada en el recién renovado Café del Nuncio (cocina internacional ahora en manos de la gente de Celso y Manolo), en Matritum (excelsa bodega y ahora nuevo chef) o en La Taberna Errante (platos caseros y gente acogedora). O si prefieres ir hacia la zona de Tirso de Molina, la recomendación no puede ser otra que La Malaje (barra o restaurante, disfrutarás igual). El más cercano está a 5 minutos. El más lejano, a 10’.

Si no pueden cargar con más villancicos ni bolsas del Primark…
Casa Lafu

Si no pueden cargar con más villancicos ni bolsas del Primark…

¿Por qué no un chino? Ellos no celebran estas cosas (otras sí) y aún quedan meses para su Año Nuevo. Así que si estáis por Gran Vía, buscad Casa Lafu. Vais a pasar un buen rato alrededor de su hotpot; es la especialidad de la casa pero no es la única. Creaciones auténticas. No creo que tu primo haya estado en uno así ni cuando fue de luna de miel a China y Bali. Y, además, abre todos los días. Con un ambiente más joven pero con platos igualmente gustosos y exóticos tenéis Kung Fu (a un minuto de Callao).

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Que tu padre quiere algo tradicional…

Planta entre los dos la cabeza la cochinillo que preparan en La Tasquería y rómpele todos los parámetros casqueros que tenía hasta ahora. Pum. Y a partir de ahí, que escoja las propuestas que más le atraigan (de cerdo, cordero o ternera). Si quiere buen marisco pero tú quieres salirte de la ración de percebes, presentarle algo más contemporáneo, sorprender pero sin pasarte (que tu padre ya tiene una edad) reserva y escoge un menú en Barra Atlántica.

…Y tu madre algo muy diferente

Apuesta por la fusión, por todos esos sabores panasiáticos o sudamericanos con chispa. Reserva mesa El Flaco, Kuoco 360º, Barra M, Sasha Boom o déjate caer por la barra del Soy Kitchen. Picaña con curry massaman, tallarines negros, bao pork belly, choritos tigre y dim sum a gogó. Para disfrutar, alrededor de 35€.

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