Las mariscadas de alto standing de este restaurante gallego son míticas en el subconsciente colectivo: langostas, bogavantes, gambas, cigalas... siempre todo muy fresco. El servicio también es excelente y la carta, muy amplia. Además, podéis hacer un buen banquete cuando más os apetece, puesto que la emblemática marisqueria de Gràcia tiene la cocina abierta durante todo el día. La última vez que Mick Jagger subió a un taxi en Barcelona, lo llevaron aquí.
Si no tenéis ningún límite presupuestario a la hora de apoquinar la cuenta, lo vuestro es comer en las mejores marisquerías de Barcelona. Son restaurantes que recogen los mejores frutos del mar cada mañana en las lonjas catalanas, y que disponen de proveedores de pescado 'premium' desde Finisterre hasta Cádiz. No esperéis lujos extravagantes, tan solo puro sabor de mar.