Jai-Ca (Barceloneta)
Scott ChasserotJai-Ca (Barceloneta)
Scott Chasserot

Los mejores bares de la Barceloneta y el Puerto

Bodegas auténticas, antros míticos y bares clásicos que hay que visitar al menos una vez en la vida, en el barrio marinero de Barcelona

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En el barrio de La Barceloneta se concentra todo lo que podría resumir la esencia de Barcelona: el olor a mar, la proximidad entre vecinos que proporcionan las calles estrechas, algunos de los mejores bares de la ciudad y la sencillez de lo bueno: una caña bien tirada, un plato de calamares frescos y crujientes, y poco más. Esto es el ideal, claro, pero sabemos que hoy en día lo que parece tan sencillo por escrito, a veces cuesta mucho encontrar. En nuestra lista verás bodegas históricas y bares de tapas. Si después de pasar por unas cuantas barras te apetece mesa y mantel, échale un vistazo a nuestra selección de los mejores restaurantes del barrio.

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  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

La Cova Fumada en la calle Baluard es un fenómeno que supera el ámbito gastronómico. Este restaurante popular de la Barceloneta no ha salido de la propiedad de la familia de Solé desde el año 1944, cuando abrió. Hoy está al frente Josep María Solé, y hasta hace poco no era extraño ver a la abuela Palmira pelando ajos y patatas en la entrada. Aquí no hay reservas que valgan: la gente, locales y guiris, hace cola y codos a partir de las doce en sus míticos portales de madera, para pillar un sitio. En su origen, era una taberna de pescadores a la que acudía la gente a beber –se traían su comida– y por los años 50, con la moda, empezaron a servir tapas calientes. Sed conscientes: en este sitio y unos pocos más está el origen de la tapa en Barcelona y los mejores desayunos de cuchillo y tenedor.

  • La Barceloneta
  • precio 2 de 4

Es uno de los grandes clásicos locales de tapas de la Barceloneta que cuenta con camareros uniformados con la vestimenta clásica, un detalle difícil de encontrar hoy en día en la ciudad. Conseguid un lugar en la barra para ver cómo sirven, puro espectáculo y ejercicio de nostalgia de los bares de toda la vida. Quedan pocos. Aparte de ser uno de los lugares de referencia donde tiran bien la caña en Barcelona, también hay disfrutará de tapas de siempre como bravas, pimientos de Padrón, ensaladilla, y otros más marineras como gambas, almejas y chipirones, como manda en un histórico barrio de pescadores. El plato estrella y que arrastra muchos adeptos entre la clientela es el filete con foie.

 

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  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

Una de las bodegas más auténticas de la Barceloneta. Antes, suministraba electricidad al barrio. Ahora ofrece otro tipo de energía: buen vermut casero, tapas míticas y ambiente asegurado. La ensaladilla es la tapa más popular del bar (patata, cangrejo y huevo), pero se nos ocurren una buena lista de otros manjares que hay que probar: tortilla de patatas, croquetas, queso manchego, embutidos curados.

 

  • Taberna
  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

El Lokillo es uno de los iconos de la Barceloneta pretérita, uno de los últimos bares donde los pescadores se repartían el dinero del día, y ha vuelto a la vida. Las estrellas de la carta son unas anchoas increíbles y también los bocadillos, conservas y salazones de calidad. No faltan los vermuts (tienen una docena de marcas), y tampoco los quintos y cañas. Las baldosas son maravillosas, las tablas de mármol también, la barra se ha conservado casi intacta y todavía tienen los frigoríficos de madera y algunas botas.

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  • Bares de tapas
  • La Barceloneta

¿Recordáis el antiguo bar Cal Papi famoso por sus buñuelos de bacalao? Pues ahora es de Gladys y Roger de la Bodega Fermín, a pocos metros de distancia. Le han cambiado el nombre al local, pero han conservado la especialidad originaria a modo de homenaje. Ofrecen tapas de cocina catalana de mercado y una excelente selección de cervezas artesanas de tirador y embotelladas. De los platos nuevos despuntan las bravas Negre de la Riba -con aceite picante de varios tipos de guindillas e infusiondas con romero- y nuevas versiones de clásicos del recetario catalán como la butifarra con judías; sirven la legumbre en formato de crema y la acompañan con pimientos del padrón. El chef es italiano, probad sus albóndigas con pesto.

  • La Barceloneta

La chef canadiense Nikki Freire pone el nombre a este bar especializado en 'comfort food' canadiense que favorece la felicidad gastronómica. El pan de brioche de las hamburguesas apenas puede contener todo el producto que hay dentro, que sobresale victorioso invitando a un mordisco bien placentero. El pequeño local, devoto de la música hip-hop, se ha hecho popular entre los visitantes canadienses que buscan recetas caseras en la ciudad. Hay que probar la burger de pollo frito Big Jerk, con 'plantain' crujiente y mayonesa picante con mango, así como las patatas fritas 'poutine', típicas de Quebec, y los Mac and Cheese en cuatro versiones diferentes, algunas con beicon crujiente y otras, con gambas. Para reconfortarse por completo.

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  • precio 1 de 4

La Peninsular pone el énfasis en el producto de proximidad y ecológico. Es una bodega gastronómica que juega con la intención de recuperar la cocina de la Barceloneta preolímpica, la auténtica, la de los guisos y el producto fresco sin fusiones. El caso es que el pescado siempre está recién llegado del palco: más fresco, imposible. Tapas y vermuts, tortillas de patatas, croquetas... y todo de procedencia muy cercana a la ciudad. Cocina buena y ecológica cerca de la playa. Del grupo restaurador Taberna y Cafetín (Cervecería La Libertaria).

  • La Barceloneta

La señora Leo no está para tonterías, por eso ha convertido este antro portuario de fritada y quinto en un santuario en honor al grandísimo Miguel Vargas Jiménez, alias Bambino, mártir de la rumba patria. El bar es increíble: tiene las paredes forradas con recortes de periódico y fotografías del cantante, y acoge a un público que va desde el clásico abuelo con palillo al 'crustie' que vive por la zona, haciendo el vago y fumando tomillo. ¿La banda sonora? Flamenco todo el día a un volumen brutal: 100% Barceloneta.

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  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

¡Tapas, tapas y más tapas! La lista de clásicos aquí es interminable. Desde la ensaladilla, con pimiento asado, una de las más top de Barcelona, ​​hasta las raciones que no fallan nunca en un lugar así: albóndigas, bombas, bravas, pescadito frito, croquetas (¡uno de los recomendados!) ... y tantas y tantas otras tapas que hacen de este bar un templo de la tapa popular tanto para vecinos del barrio como para turistas que quedan maravillados sólo de poner un pie. Además, tienen una carta de recomendados donde podréis encontrar desde un gazpacho hasta un carpaccio de mojama más que buenos. Hace más de 60 años que existe y esto se nota en su arquitectura, presidida por la barra original de madera.

  • precio 1 de 4

Una taberna con sabor a pasado pero enfocada al presente. Venden vino a granel y encontraréis barriles y neveras de madera antiguas que denotan el buen gusto por las cosas de toda la vida. Es uno de esos lugares de la Barceloneta que destilan respeto por la tradición y se agradece que todavía queden locales así en el barrio. A la hora del vermut llena como antes, cuando los abuelos salían a pasear con los nietos y hacían el trago, justo antes del festín del domingo. Con todo, tienen el pie puesto firme en la actualidad. Ofrecen un buen surtido de birras artesanas, algunas de tirador, y a menudo hacen presentaciones. Buenos embutidos y quesos y tapas variadas para que piquéis con el alcohol.

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  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4

La María José Otero, propietaria de La Bombeta desde hace 40 años, asegura con orgullo que fueron los segundos en hacer bombas en Barcelona, después de La Cova Fumada, uno de los bares imperdibles de la Barceloneta. La receta no es suya, sino de los anteriores propietarios, que cedieron generosamente a los recién llegados, los que la guardan cerrada con llave en el más estricto secreto. Hoy, las bombas de la Barceloneta han llegado a todo el mundo a través de guías de viaje internacionales y fotos de Instagram. No es extraño leer este eslogan en una de las paredes del bar: "No hablamos inglés pero hacemos unas bombas cojonudas". Aparte de degustar las famosas bombas, se puede elegir entre una variedad enorme de tapas a precios razonables: generosas raciones de calamares, bravas, tortilla, pescado frito o morcilla.

  • Bares de tapas
  • La Barceloneta

Bar Pinyol es uno de los últimos reductos de la Barceloneta auténtica con un punto lumpen; ni está en manos de un grupo restaurador ni sus clientes son turistas. Paredes forradas con redes de pesca, timones, remos, fotos en blanco y negro de los antiguos pescadores del barrio... y televisor encendido, siempre. Desde la barra cuadrada central despachan desde primera hora de la mañana hasta entrada la noche, carajillos, quintos, vermuts, bocadillos y tapas mayoritariamente marineras; chipirones, boquerones, sardinas, navajas, pescadito frito, gambas, etc. Si no os acabáis de decidir, pedid el variado. También ofrecen menú del día y tienen terraza.

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  • Bares de tapas
  • La Barceloneta
  • precio 2 de 4

En un entorno complicado para detenerse a comer unas tapas como son las cercanías de la Barceloneta, El Xulo da el pego. Su cartel grita que "¡todo es casero!". Y abundante, añadimos. Si tienes el arrebato goloso de pedir bombas y bravas, verás que las enormes raciones son más propias de un buen bar gallego de L'Hospitalet que de un bar de tapas de la Barceloneta (y la calidad es buena: te llegan bien calientes y con salsas que ni repiten ni son de bote). Puedes compartir unas tapas o hacerte un homenaje a base de arroces con un punto de cocción óptimo y pescado de lonja a la brasa (con precios que tampoco se pasan). Y la terraza es de lo más simpática, con un servicio amable y veterano.

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