Poca gente va al Carmel si no es porque vive allí, y es una lástima porque hay más sinceridad es sus calles empinadas y en sus casas excavadas en la roca que en todo paseo de Gràcia. La terraza del Delicias se sujeta de milagro. Nace torcida y termina de la misma manera porque, como todo en el Carmel, está en una cuesta. ¿Y qué importa? Las desgracias se olvidan con un boquerón en la mano. Hacen unos calamarcitos buenísimos, ensaladas rusas de campeonato, bravas y una lista de tapas que siempre sirven con generosidad. Desde sus sillas se ve la entrada al parque del Guinardó. Podréis hacer una bonita excursión al parque Güell.
En esta lista encontraréis desde cocineros con estrellas Michelin y restaurantes solo aptos para bolsillos con refuerzo, hasta lugares humildes donde podréis relajar la vista con unas de las mejores bravas de la ciudad o con una buena butifarra. Unos están muy cerca del mar, otros en la montaña, y también en el centro de la ciudad. Algunos se levantan a varios metros de altura y otros descansan a ras de tierra... Pero todos comparten un punto en común: que mientras os metéis la cuchara en la boca, vuestros ojos disfrutarán de panorámicas privilegiadas de la ciudad.
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