La mejor comida para llevar de Barcelona

La gran dificultad de un restaurante que hace pedidos a domicilio es el estado en el que llega el plato: un reto fácil para los guisos, pero mucho más complicado cuando hay 'mise en place'.

Arume, clásico moderno del Raval, "ha adaptado toda su carta 'al delivery' pero sin traicionar su filosofía", nos cuentan: producto gallego del bueno y con un retruécano razonado y sabroso de la tradición. Pedid el pulpo a la brasa: crujiente por fuera, jugoso por dentro, nada sobre una firme parmentier de ajada y lima; fue Tapa del Año en 2015. Haced el pedido llamando o por whats al 93 315 48 72.

A veces la mezcla de modelos de negocio encaja como un zapato a medida. Veamos Grado Sushi: ídem de alto nivel incrustado en el clásico Bar Chiqui, de 1959. Sonia Riasol, hija de la Chiqui, explica que "en Japón algunos de los mejores lugares de sushi eran bares a pie de calle, no muy diferentes de la Chiqui. Y se nos ocurrió empezar a hacer sushi para llevar ". El sushimaster es Douglas Alves, con mili en La Tunateca e Ikibana. La relación calidad-precio es excelente, y el vermut con 'nigiris' variados, rodeado de barricas y mármol, es magnético. ¿Quién puede decir que no a unos buenos 'ngiri'? Pedidos al whatsapp 677881506 y en su página web. 

Martín Berasategui es nuestro cocinero más michelinitzado: tiene doce estrellas, de las cuales cuatro se reparten entre los restaurantes del Hotel Monument. Su carta de 'take away' se inspira en el restaurante Oria (una estrella Michelin) y también en la cocina tradicional vasca.

Quizá no os encontraréis con todo detalle los platos de Oria, pero sí una adaptación en formato ideal para llevar sin que pierdan sus propiedades: una elección de fuego lento de altos vuelos (ravioli de rabo de ternera con salsa de foie y oporto, por ejemplo) y también platos marineros de sabor poderoso con el espíritu Berasategui, como un taco de bacalao con cebolla tierna ahumada y caldo a las finas hierbas. Y si no estás para ceremonias, pues agarra un Martintxo, su brutal bocadillo de filete de vaca gallega con crema de sardina y patatas fritas. 

Quien haya tenido la suerte de disfrutar del Disfrutar, sabrá que la emoción arranca con los pirotécnicos y deliciosos 'snacks', un pedazo de su filosofía hecha entretenimiento: las minipizzas crujientes o el polvorón de tomate, más que para hacer boca, te la dejarán abierta. Ahora te puedes llevar una caja que, como dice Eduard Xatruch, "es un regalo ideal para dar un toque especial a cualquier comida". ¿Boca, decía? También es ideal para cerrar la de tu cuñado: una bomba gastronómica que desactiva todo su arsenal del Club del Gourmet. Por 49 euros la puedes encargar en su tienda.

Se pedía a gritos: Le Cucine Mandarosso ha abierto un colmado italiano, El Emporio, donde te puedes llevar a casa los platos del restaurante que no están salteados al momento, como la pasta al horno, su aclamada especialidad: por decir un plato, una gran lasaña lujuriosa (placas firmes que aprisionan ricotta, carne picada y tomate), y otras variantes como la lasaña con pesto, la vegetariana o la blanca. Pero también todos sus postres caseros –de dominio público que son de lo mejor de la repostería italiana en la ciudad (¡aquella sublime crostata!)– y un arsenal de salsas de tomate y pasta seca, de las que usan ellos para cocinar.
Sin olvidar el tema bebercio, claro. Disponen de una comprensible, bien elegida y económica selección de cervezas y vinos del país de la bota. ¡Por seis euros, tenéis 'nonna'!

Situado en pleno barrio de Gracia, en una zona en la que la vida huele a vermut y la luz tiene el color de las buenas conversaciones, Les Tres a la Cuina tiene un look que podría equipararse a locales de otros barrios universales como el Soho. La cocina del restaurante es fresca, en el sentido de que los platos que se ofrecen son como un ramo floral por reguero de aromas especiados que ofrece y por la estacionalidad de la materia prima. 

Les Tres a la Cuina es un negocio familiar: son Sara Ramos, su hermano Nacho y su madre, Paqui Montoya. Su especialidad es la cocina casera, hecha con producto fresco y de proximidad. Esto, que suena a eslogan vacío, ellas lo hacen real con una cocina cotidiana tan buena que, una vez la pruebas, la quieres tener cada día. Ya sabéis que un nutricionista te dirá que comas de muchos colores diferentes; aquí lo puedes hacer con platos tanto sabrosos y completos como 'trinxat' de col y patata con pimentón de la vera o caballa con 'crumble' de pistachos y guarnición de patata con champiñones. En pocas tiendas de comida preparada de Barcelona hay un menú tan bueno y bien preparado, y a un precio tan razonable. 

De acuerdo, sois vegetarianos. Pero además no os coméis cualquier cosa: tenéis ética y morro fino. Desde una perspectiva de radical temporalidad y proximidad, la chef Laura Veraguas –que sobresalió en la cocina de Iradier– ha montado un servicio de catering de cocina vegetal de altos vuelos que se replantea como comemos.

"A menudo prima el exceso en cualquier menú. Nuestra propuesta de menú se presenta en forma de vegetales de temporada de procesos y técnicas culinarias que nos ayudarán a tener una digestión más amable. Y con platos tan elegantes y sabrosos como los de proteína animal", explica. El menú se basa en ciclos, como la naturaleza misma, y propone platos como las alcachofas del Prat y puerros confitados con parmesano y ralladura de limón o canelones de espinacas frescas de Can Fisas con pasas, piñones y Hoshigaki. Aunque no hay patrón fijo o propuesta tipo: como dice ella, "cada menú nace y muere con cada propuesta". Puedes hacer su pedido y consultar la oferta en lauraveraguas.com

Déjate de historias. Lo que funciona en la mesa son unas buenas croquetas: por más delicatessen exóticas que pongas en la mesa, las manos driblan el kimchi y salen disparadas hacia las croquetas. Las del Maitea, una suntuosa taberna vasco-catalana, son una maravilla, con un rebozado uniforme y firme que esconde una explosión de bechamel llena de sustancia. Tienen de jamón de bellota, de gamba, de rabo de buey, de 'ceps', de chistorra de Arbizu... Y tienen pastel de queso vasco, el postre de moda en medio mundo. Por no hablar de su excelencia en platos de cuchara y guiso. 

Los hermanos Ivan y Ferran Aguirre abrieron en 1990 un portal 'gastrosentimental' que comunica San Antonio y Alicante a través de una cocina de mercado excelsa. L''Arrós del tros'
-epítome de su filosofía- es una versión de lo que hacían sus abuelos en Quatretondeta: un arroz suavizado con los productos que les ofrecía su cacho de campo: alcachofas, cerdo, espinacas ... Cambia cada temporada, y ahora estamos de suerte porque hay setas frescas. Sus arroces convocan colas a la puerta y, como el resto de la carta, los tiene todos para llevar. 'El Arroz del tros' sale por 17 euros el plato.

Llegums Cuits La Boqueria permanece como parada de mercado quintaesencial de comida para llevar: canelones de fiesta mayor, tortillas excelentes, macarrones dignos de la mejor asador y concesiones a la modernidad como unos modélicos 'yakisoba' de gamba fresca, o unos burritos de carne. Por 8 euros a tutiplén, la manduca buena y generosa bien vale una incursión al mediodía.

Max Boniface es un mago. A los que el queso a palo seco no nos hace ni frío ni calor (existimos; ¿qué pasa?), escuchar "queso vegano" podría deprimirnos incluso más. Pues los quesos de este artesano y cocinero vegano son una maravilla de textura, sabor y aroma. "Un queso es un proceso, y si respetas los tiempos y los fermentos, llegas a un resultado muy similar al lácteo", asegura. Similar, pero diferente: una delicadeza como su cremoso de anacardos y albahaca no es necesario que se compare a ningún queso. Una caja del Väcka os aliviará la barriga y os abrirá la mente, y hará mas llevadera la cena después de una de esas ingestas en las que has engullido como una ballena. Compras y encargos en su tienda web.

Parece que Carles Gaig tenga una bola de cristal: en 2019 trasladó la Michelin en la Cerdanya y abrió aquí un restaurante y tienda de comida para llevar con la parte tradicional de la carta. Y sublima los canelones a un nivel estratosférico: un asado con ternera de Girona, cerdo ral de Avinyó y foie del Empordà, envuelto con pasta fresca casera y empapados en suave bechamel trufada. El sabor es tan concreto como rotundo; y son tan deliciosos que vale la pena comerlos calientes pero sin gratinar. Salen a 4,95 € el canelón, pero son tan grandes que con dos por cabeza ya iréis servidos, para un primero. El resto de la carta no desmerece lo estratosférico de los canelones, claro: suquet de rape, macarrones del cardenal, calamares a la romana con mahonesa de lima, la alta gastronomía llevada a la tienda de comida para llevar. 

"Todo el mundo habla de una gran mierda, pero ahora paso más tiempo con las hijas". Jordi Vilà no agradece el cataclismo, pero se toma con filosofía. Y ya se pensaba la apertura de una tienda de comida para llevar mucho antes de aquel fatídico 13 de marzo. Puerta con puerta con Vivanda  abrió Va de Cuina, una tienda de comida para llevar con todos los éxitos de la cocina catalana, y el toque Vilà. "No he tenido que readaptar ni discurso ni propuesta 'gastro' para que funcione: cocina catalana de nivel de excelencia, pero desde la sencillez de lo que es". Bacalao con samfaina, arroz a la cazuela de sepia o rabo de buey, pero también platos viajados y creativos, como unos linguine con erizos de mar, hinojo y 'espelette'. En el T. 640 802 024 puedes hacer pedidos por wats y consultar la carta en su web.

Buena idea: cuando Jordi Artal vio que todavía no era factible abrir un restaurante más directo dentro del espectáculo de alta cocina que es Cinc Sentits (dos Michelin), inventó una carta con la marca de la casa que se ha convertido en el 'take away' y 'delivery' Sentit Comú. Lujo razonable: por 89 euros, menú de cuatro pasos para dos con vino incluido, y un vídeo del sumiller que explica la elección de la botella. El plato estrella son unos canelones de fiesta mayor, al estilo de su abuela Sofía, que hacen caer de culo. De carne picada asada: pollo -¡solo muslo! -, panceta y mejilla, de sabor suave y textura celestial. ¿La clave? Poner un poco de pan con leche, que ayuda a hacer más blanda la carne.

¿"Una democratización de la alta cocina? Esta es la idea. Sin ser un gastronómico queremos hacer una propuesta diferente, nada encorsetada, tener una carta de lujo, pero sin los artículos de gran lujo", explica el chef Pablo Tomás, alma del Sintonía, el restaurante del Gallery Hotel (y un cocinero lleno de talento y de personalidad, cabe decir), con mili en elBulli y Arzak, entre otros.

Lo que nos emociona de su cocina es su carácter cercano y el respeto y la imaginación con que rehace platos clásicos sin renunciar al espectáculo gastronómico. Su bistec tártaro de vaca madurada o el canelón XL con salsa de foie son platos con que uno reconoce al chef sólo probándolos. Podéis consultar todas las opciones de carta y menús en su web.

Si recordáis las indigestas cestas de trabajo, valoraréis una caja de Rooftop Smokehouse: artesanos del ahumado y el producto de proximidad de calidad. Tienen la tienda en el obrador, y es una delicia ir a comprar y ver el proceso de ahumado en directo. "La Covidi-19 nos ha puesto en bandeja dejar las cenas y centrarnos en la producción", dicen. Llevaos a casa delicadezas como la trucha ahumada de salmón asturiano salvaje, pastrami y mantequilla ahumada, y de las tristezas, como decía Sisa, haremos humo. Encargad a través de su web.

El pollo a l'ast es algo arraigado en el ADN del catalán, sobre todo en versión 'dominguero'. Encontrar un buen lugar de pollo a l'ast los fines de semana es media vida. Y creedme, que el de A Pluma tenéis que probarlo. Esta es la visión del pollo asado de Eugeni de Diego, uno de los antiguos jefes de cocina de elBulli. De Diego, respetuoso con la tradición popular dominical, vio como el sector del pollo asado no se acababa de actualizar. Pues lo ha hecho él.

En un local inspirado en las primeras pollerías que hubo en Barcelona, ​​encontraréis lo que él llama pollos caprichosos: cocinados durante dos horas con horno Josper, híbrido de horno de cocción lenta ​​y brasa de carbón. Además, está marinado con limón, tomillo y otras especies mediterráneas y acompañado de patatas asadas, bañadas en el jugo del pollo. A precios razonables: por 8,50 medio pollo con patatas -que también pueden llevar salsa de mole o curry rojo, en lugar de alioli- y por 13 el bicho entero. Caña bien fría a 1,50 €. Y como en las asadores tradicionales, no se olvidan de los canelones: uno muy grande de manzana golden asada y foie gras fresco a la brasa, todo ello cubierto con una ligera y cremosa bechamel. Las croquetas también son de traca.

De Diego ha abierto un par de restaurantes más, réplica exacta del original en cuanto a la comida pero con más comodidad y personalidad propia: en Rec Comtal, 7, en el barrio de la Ribera (seguramente la caña más buena y barata del barrio !) y en Gran de Gràcia, 7.

Con unos años ya de trabajo sólido y lleno de talento en Poblenou, L'Artesana se ha situado como uno de los mejores restaurantes neotradicionales de la ciudad (esta gente viene de Michelin en l'Empordà). Y la Navidad de 2020 abrieron  L'Artesana To Go, una tienda de comida para llevar donde también hacen desayunos de tenedor y 'self-service'. La parte más autoral se queda en el restaurante (¡aquellas albóndigas de sepia con tendones!). Y aquí sirven platos de asador de alto nivel, que rematas en tu casa con un golpe de horno.

L'Artesana Take Away. Sancho de Ávila, 173. Pedidos al whats 661889236.

Uno de esos clásicos que nunca os fallarán, bien sea en franja de mediodía o para hacer fiesta. Dolors Masip y Lina García, antes de los JJOO abrieron Plato Ring, catering y tienda de comida para llevar que ha sabido evolucionar con el tiempo. Y aunque a menudo tendemos a desconfiar de las listas largas, su menú es infalible. Alterna platos ligeros y saludables, como raviolis de 'ricotta' con espinacas y salsa de boniatos, con platillos de cocina catalana. Y la pizarra va llena de delicias como el magret de pato con naranja confitada, puré de boniato y salsa oporto, consultad su web.