Los mejores pollos a l'ast de Barcelona

Donde antes estaba el Bohèmic, famoso por su cocina gastronómica en un bar familiar, ahora está el Sant Antoni Gloriós, un bar de tapas, platillos tradicionales y algunos de cocina de autor. Desde garbanzos con gambas hasta canelones de pato con foie o la caballa con ají y yogur. Ahora en su carta han añadido el tradicional pollo al ast con un toque moderno: hecho al horno a baja temperatura y marinado durante 24 horas con especias, cítricos y algún que otro ingrediente secreto del autor. 

Chickoa abrió sus puertas en noviembre de 2020 y se ha consolidado como una opción gastronómica de altos vuelos en Sant Antoni. El chef 5 estrellas Michelin Paco Pérez, que aporta su visión culinaria de primer nivel, explica que "Chickoa pretende rememorar el pollo ampurdanés, por eso se utilizan hierbas de las aldeas del Empordà antes que otras especies, para así aportar matices diferentes". El punto fuerte de Chickoa son los pollos de granja asados elaborados al horno de carbón con productos frescos y de proximidad y con una mezcla de quince especias.

El pollo a l'ast es tradición entre los catalanes, sobre todo los domingos. Encontrar un buen lugar de pollo a l'ast los fines de semana es media vida. Y creedme, que el de A Pluma tenéis que probarlo. Esta es la visión del pollo asado de Eugeni de Diego, uno de los antiguos jefes de cocina de elBulli. En un local inspirado en las primeras pollerías que hubo en Barcelona, ​​encontraréis lo que él llama pollos caprichosos: cocinados durante dos horas con horno Josper, híbrido de horno de cocción lenta ​​y brasa de carbón. Además, está marinado con limón, tomillo y otras especies mediterráneas y acompañado de patatas asadas, bañadas en el jugo del pollo. A precios razonables.  

En el Eixample Esquerra se encuentra la tienda de comida para llevar Beltran, activa desde 1954. Sus pollos al ast con patatas al cava son el plato estrella que reúne cada domingo a decenas de 'foodies' que quieren llevarse a casa una ración. No os cortéis y pedid doble de patatas: no os arrepentiréis, son adictivas. El resto de la semana siempre tienen una oferta amplia y variada de productos caseros y de proximidad. Encontraréis platos preparados de degustación y un menú muy económico, también con opción vegetariana.

Sus pollos asados hechos a la leña son la sensación del Eixample desde que, hace siete años, abrió este establecimiento que ofrece una comida casera para llevar de mucho nivel. Y es que aquí los pollos, tiernos y sabrosos, tienen el gusto inconfundible de la leña y conviven con morcillas, pies de cerdo, cordero, lechones, carrilleras y alcachofas, y con pasteles caseros para haceros un menú a medida. Podéis acompañar los pollos con unas patatas asadas o unos pimientos verdes.

¿Por qué este establecimiento es un peso pesado de la ciudad no sólo en materia de pollos asados, sino también de comida para llevar? Porque tienen cocina propia y, por tanto, un chef tras los fogones que cada día crea combinaciones de especias diferentes para unos pollos tiernos y melosos, siempre regados con un poco de coñac. Rostisseria Urgell es el lugar donde los pollos saben a pollo, y donde las croquetas, tortillas, libritos y otros clásicos del 'take away' de toda la vida se parecen a los de la abuela.

En la calle Parlament no sólo hay zumos orgánicos, vermuts y bocadillos bio. Hay, desde hace más de cien años, un establecimiento muy popular que ha sido siempre propiedad de la misma familia y que tiene un hermano en Terrassa. En la Rostisseria La Brasa oleremos (y veremos) los pollos desde la calle, y nos ofrecerán mil posibilidades para elaborar diversos menús prácticamente personalizados: con patatas fritas, asadas, con ensalada de patatas o acompañados de varios platos para llevar, entre ellos unos canelones notables.

Uno de los lugares de reunión de buena parte del vecindario de Sarrià las mañanas del fin de semana es este establecimiento que prepara comida para llevar casera, y que tiene unos pollos asados que van acumulando grouppies. Pesan 1,5 kg aproximadamente y llegan a nuestras manos siempre acompañados de unas patatas asadas. Y es que el éxito de Bon Gall ha sido progresivo pero firme, ya que comenzó abriendo intermitentemente y, ya desde hace nueve años, ofrece pollos cada día excepto los martes, que cierra.

Este asador que sirve un montón de platos para llevar para todos los gustos y tipo de dieta es un referente en materia de pollos a l'ast en el barrio de San Andreu. En pleno centro del barrio, muy cerca de las bellas arcadas del mercado, encontraréis unos pollos aliñados con mantequilla, sal y limón, ideales para todas aquellas personas que no acaban de ser fans de las combinaciones de especias, a veces imposibles, que a menudo acompañan a los pollos. Atención, vegetarianos, a sus albóndigas caseras. El precio incluye patatas.

Hay un secreto en Barcelona que sólo comparten los hermanos Viñas, Jordi e Imma, al frente de las tiendas Menja Bé de Poblenou y el Congrés respectivamente. Y es la combinación de especias que llevan los pollos amarillos que cada fin de semana salen de su asador. ¿Una pista, hermanos Viñas? "Te diré que sólo son tres ingredientes", explica Jordi, muy respetuoso con una manera de hacer que instauró su padre hace más de 70 años, en la primera tienda familiar que abrió el Clot.

Fundado en 1835, es un restaurante y casi también un museo de Barcelona si nos fijamos en la cantidad de fotos que cuelgan de las paredes y que, de alguna manera, son un particular resumen de la historia contemporánea de la ciudad. Con su conocida fachada desde donde se pueden ver pollos asados cociéndose, este es lugar de esqueixada, canelones, paella de bacalao con verduras, cabrito al horno, croquetas, suquet y caracoles: cocina tradicional hecha con buena mano y precios medio-altos. En realidad este fue el primer lugar de la ciudad que tuvo un ast de pollos, y pedir uno para llevar, a un precio razonable, es una excelente opción. 

Aquí sólo encontraréis pollo amarillo catalán, lo que quiere decir que es un pollo criado y sacrificado en Cataluña, alimentado con cereales, 100% km 0, con pocas grasas y un sabor inconfundible. Y se adereza igual desde hace prácticamente medio siglo –cuando los abuelos de Martí abrieron en la Gràcia de la época esta tienda que ya va por la tercera generación–, con una combinación muy equilibrada de sal, pimienta, romero, orégano y tomillo. Sólo los encontraréis los sábados y domingos, y por un euro más los podréis acompañar con unas patatas asadas.

En la calle Blai de Poble-sec, entre pinchos y cañas, funciona desde hace unos años esta tienda de comida preparada que hace unos pollos muy, muy buenos. Tiernos y sabrosos, felizmente alejados de la textura de suela de zapato que todos nos hemos encontrado en algún momento de nuestras vidas, se pueden acompañar de platos para llevar a precios ajustados, desde croquetas hasta canelones o macarrones. Disponen también de un interesante bufet por si deseáis haceros una ensalada a medida. El precio incluye patatas y alioli.

Empezamos el recorrido por una institución en materia de pollos asados. Abierto hace más de dos décadas, ofrece tres tipos de pollo: el estándar; el pollo de la era, un poco más grande y criado en libertad, y, los fines de semana, un pollo ecológico que está haciendo estragos entre el público 'healthy'. Se puede acompañar con una ensalada de espinacas y frutos secos, con un arroz blanco ecológico o, claro, con patatas fritas o asadas. Los podréis encontrar en la calle Nàpols, 272 y Ramón Torró, 13.   

¿Qué pasa cuando te dedicas al sector inmobiliario y te arruina? Si eres Fabio, eres argentino, tu afición son las brasas y eres de los que piensan que si la vida te da limones tienes que hacer limonada, abres una tienda de pollos asados. Unos pollos de color prácticamente amarillo eléctrico, que no han probado pienso en su vida (únicamente maíz) y se cuecen en una máquina que funciona con leña de encina. Esto quiere decir que tienen un suave sabor ahumado y que, además, se van cociendo con un caldo especial de la casa hecho con pimienta ahumada y otras hierbas.

Hace más de 40 años que cuando pasas por la puerta de La Teca te empieza a perseguir una olorcillo maravilloso de pollo a l'ast. Pero si entras con la esperanza de que alguien te revele la receta de la amalgama de hierbas que añaden a la salsa y dan personalidad a un pollo de escándalo, la respuesta que recibirás será un no como una catedral. Receta secreta, pues, en esta tienda de comida preparada donde encontraréis cada día más de cien platos diferentes, entre ellos patatas asadas, fritas o ensaladas de patata.

Marc venía del mundo de la publicidad pero lo que más le ha gustado toda la vida es, en realidad, la cocina. De modo que un día lo dejó todo y abrió este establecimiento ubicado en la frontera entre Sants y les Corts, donde, además de pollos, conejo, carrilleras y pies de cerdo asado, hay un buen número de platos para llevar, todos caseros. Los pollos de esta casa tienen una personalidad muy marcada: están tostados, crujientes, y llevan una combinación de especias muy contundente, que, claro, es secreto profesional.

Los amantes del concepto asado tienen que visitar este establecimiento donde, además de pollos, hay conejos, codornices y diversas partes del cerdo, como carrilleras, costillas y corvejones, que se pueden acompañar de patatas a la brasa o canelones. El secreto del éxito de este local emblemático, que hace 43 años que vende pollos asados, es que los pelan manualmente, con navaja, lo que marca la diferencia con los pollos que se pelan con soplete, los cuales mantienen la raíz de la pluma. Ah, y tienen una combinación ultrasecreta, de unas doce especias que contribuye a agrandar el mito.