Restaurantes y tiendas para celíacos en Barcelona

Quizás el caso más conocido es el de Entrepans Conesa, donde Josep Conesa hace siete años que sirve casi toda la carta sin gluten. "El celíaco es muy desconfiado. Puede comer un bocadillo y tener que ir al hospital. Pero aquí alucinan de poder comer un bocata de chistorra, pimientos y salsa brava fuera de casa ", ríe José. El pan, hecho con maíz y huevo, les llega directamente cortado del horno, y el género se asa en una plancha aparte: "Para hacer un bocadillo sin gluten, se detiene la producción y el estiércol especialmente". Conesa es sincero, pero, sobre el sabor del pan: "Es un palo muy fuerte para quien tiene que cambiar". Pero esto se compensa con una carta de más de cuarenta bocadillos fríos y calientes sin gluten, tan sabrosos como uno de escalivada con queso gratinado. Evitar el gluten cuesta un eurito.

Con un aspecto muy agradable –precioso, más bien– de bistrot francés, este restaurante en la parte noble del Raval ofrece cocina mediterránea con un fuerte toque italiano. Platos como el magret de pato con verduras de temporada tienen una fuerte identidad francesa, pero también se permiten divertimentos de fusión como un secreto ibérico a la brasa con chutney de pera y escama negra. I todo escrupulosamente sin gluten.

El tercer Flax & Kale es monumental: 600 m² que abrazan el pasaje de las Manufacturas, divididos en dos aposentos. Son la vanguardia del tema 'healthy' en nuestra casa, pero el epicentro aquí es un horno donde buscan "el futuro saludable de la pizza napolitana", explica la Mar Barri. Fueron a hacer un curso en Nápoles, e hicieron investigación para encontrar una masa elástica, de textura placiente y que se elevara, pero sin fermentación en el estómago (lo han conseguido combinando harinas integrales y el 'psyllium', la cáscara de la semilla del 'plantago'). Son un punto y aparte en la pizza vegana y en la pizza sin gluten.

El local es elegante, la amplitud entre las mesas suficiente, y el servicio es rápido, amable y eficaz: educado y con un punto informal. Aquí la cosa va de compartir, lo hacemos con un salpicón de pulpo y cerdo. Probad, también, las croquetas de osobuco: pelotitas de guiso tierno y poco cremoso, redondeadas con un rebozado con raspadura de limón. Deliciosas. Y podéis estar seguro de que encontraréis pasta, pan, cerveza y postres sin gluten.

Por estar a una esquina de la Sagrada Familia, Cal Màrius paga el peaje de los bodegones desmotivadores en la puerta. Pero este es un lugar casero y voluntarioso, dedicado en cuerpo y alma al pastrami –sobre todo en pan de bagel– cien por cien libre de gluten. Disponen de una veintena larga de bocadillos. El celíaco, a menudo cauto, aquí se puede soltar con una barbaridad como un bagel con seis láminas de pastrami, cebolla caramelizada, espinacas, huevo frito y patatas fritas finas.

Jimena y Paulina son las jefas de Casa Lupita: “Una pastelería sin gluten que no atragante y en la que la gente del Clot se sienta a gusto”, es el resumen de sus intenciones con esta tienda y obrador.

Quitaos del paladar la memoria del sin gluten como ladrillo. Aquí os espera un pastel de tiramisú delicioso y de consistencia esponjosa (y recuerdos de panellet. ¡Viva la harina de almendra!) y delicias en las que el azúcar se mantiene a raya, como un pastel de té macha con pistachos, frambuesas, lima y queso vegano.

Coronel Sanfeliu, 10. M: Glòries.
658 261 587. @casalupita_bcn

Es de los pocos sitios de la ciudad dedicado en cuerpo y alma a la pizza sin gluten. Disponen de 30 pizzas para celíacos y de quince pastas frescas, secas o rellenas, además de risottos y postres. El propietario, Eloy Caicedo, me explica que hace más de quince años en la Liguria, con otros pizzeros, idearon una masa estándar para pizza para celíacos. Ahora, emigrado al Clot, hornea una versión evolucionada, hecha con harina de maíz, trigo sarraceno, y fécula de patata. Me habla de una masa ligera, porque "una pizza normal se digiere en dos horas, y esta en media". ¡Bingo! De aspecto parece la típica napolitana, pero es ligera, crujiente, nada gomosa. Deliciosa. La de embutidos picantes –toda la carne aquí es sin gluten– entra directa en mi top ten.

La prueba de fuego de una pizzería sin gluten es que la masa sea buena, claro. El gluten es lo que da la elasticidad a la masa de la pizza, y si no se encuentra el punto puede convertirse en una suela de zapato. Ahora bien, en Mesié Sin Gluten, una de las escasas pizzerías aptas para celíacos (aquí no hay ningún peligro de contaminación cruzada, todo es sin gluten) pasan el examen con nota.El francés Eric Luthringer ha ideado una masa con arroz, maíz y tapioca que alcanza un punto exacto de finura y crujiente que recuerda a una base de quiche: compite sin ningún problema con una pizza estándar, y aún más si la carta está llena de recetas imaginativas con productos de temporada. Como por ejemplo, una deliciosa pizza de boniato con cebolla caramelizada y champiñones, sutil y ligera.

Una muy buena opción de restaurante para todos los gustos. Ofrece una carta para los carnívoros, para los vegetarianos y, en los dos casos, apostando por el producto de proximidad y ecológico. Esta casa de comida saludable ofrece un menú diario por menos de 12 euros y una filosofía 'healthy' en el Poblenou.

Ir con los amigos a desayunar o a merendar ya no será nunca más el infierno en la tierra para los que tienen algún tipo de intolerancia al gluten (uno de cada cien españoles es celíaco). Jansana Gluten Free es la única pastelería 100% libre de gluten de Barcelona. Y apuntan maneras de pastelería gourmet. Sus pasteles y repostería son libres de gluten y otros alérgenos como la lactosa o los frutos secos, y proponen una gran diversidad de productos para degustar: ensaimadas, pasteles personalizados, canapés y chuchos son algunos de los productos estrella que podréis encontrar.