Caneló
Foto: Incorrecte Incorrecte
Foto: Incorrecte

Los 14 mejores nuevos restaurantes de Barcelona

¡Una guía rápida para saber qué hay de nuevo y bueno a la hora de sentarse a comer en la ciudad!

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Seguro que te lo pasas pipa, apalancado en el sofá, pidiendo comida a golpe de aplicación: pero hay gente con mucho talento que se está jugando los cuartos y se deja la piel para que salgas a comer o cenar de manera fantástica. Pasamos revista a las aperturas de restaurantes más excitantes y sabrosas de los últimos tiempos. La escena gastronómica de Barcelona es muy dinámica y hay novedades para todos los gustos: griegos, latinoamericanos, asiáticos, bares de tapas, bocadillos gourmet...

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Time Out Market Barcelona
  • Time Out Market
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene el objetivo de celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. Presente ya en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Oporto y Ciudad del Cabo, entre otras, el de Barcelona se encuentra en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum. Con vistas espectaculares al mar y la ciudad, ofrece una visión panorámica de los mejores restaurantes y gastronomía de Barcelona bajo un mismo techo. El espacio, de 5.250 metros cuadrados, alberga una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre.

Los 14 mejores nuevos restaurantes de Barcelona

  • Catalana
  • El Poblenou
  • precio 2 de 4

El chef Jordi Lloberol es un loco de la cocina catalana con más de más de 30 años de carrera entre Ibiza –en restaurantes rurales, nada de clubs– y País Vasco y un apasionado del chup-chup, el producto y el sofrito de extremo. Él mismo hace los fondos más complejos –como la demi-glace– y cada mañana prepara los canelones del día, con foie. Su especialidad son los platos de cuchara y mojar pan, como un capipota principesco con piñones o unos garbanzos con pavía de bacalao (enlucido) donde cantan los ángeles, con los garbanzos al dente. En la cocina abierta, veréis a Lloberol con todas las cazuelas en marcha. No es barato de derribo, pero tampoco es caro, dada la elaboración, el producto y el cuidado que pone.

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni

Francesc Beltri y Nicolás de la Vega, chefs y copropietarios del restaurante creativo y con una estrella Michelin Slow & Low de Sant Antoni, han convertido a un antiguo bar de barrio humilde y familiar en un establecimiento dedicado a la tradición culinaria catalana y castellana. La carta es corta; tres opciones de plancha, dos escabeches, dos ensaladas, tres fritos, dos guisos y dos postres. Varía con las temporadas y no hay platos fijos, pero siempre encontraréis clásicos de lagrimita; mejillones en escabeche, albóndigas, 'capipota', 'fricandó'... Los precios van desde los 3,5 euros de la gilda hasta los 15 euros de los sepionets. Pese a ofrecer espumosos, blancos, rosados ​​y tintos de bodegas catalanas y españolas, tienen una especial predilección por los vinos generosos de Jerez. Tampoco faltan por ser imprescindibles el licor café, vermut, ratafía, pacharán, anís, brandy y el orujo. Con terraza.

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  • El Poble-sec

Stefano Balis (griego, ex Bardot, Rilke, Informal) y Jordi Fenoll (ilicitano, ex Dos Pebrots) capitanean Margarit, un restaurante de base griega que juega con la amplitud culinaria del Mediterráneo. El resultado de este juego son propuestas tan acertadas como el 'akra'; corbina macerada en hojas de higuera. La mitad helénica es la de apariencia amarilla, hecha con limón, y la otra es la valenciana, roja por la ñora. Todos los platos de la carta son de raíz tradicional helénica y se ejecutan con capas personales, giros imaginativos y mucha técnica. Un par de ejemplos; la 'tarama' -una prima lejana de la brandada de bacalao que los chicos elaboran con huevos de bacalao en salmuera, miga de pan y zumo de limón, y acompañan con daditos de remolacha y polvo de pan de algarroba- y la 'hava' -un primo lejano del hummus hecho con guisantes amarillos, y acompañado de bacoreta en salazón, tomate seco y hojas de alcaparras. Tampoco faltan las pita y proponen nuevas semanalmente. La carta de vinos es interesante, con mucha presencia de naturales griegos.

  • Catalana
  • El Putget i Farró

Aüc es de Joan Martínez, dueño junto con Albert Adrià del gastrobar precursor Inòpia, cerrado hace ya años. En la carta de su actual local, encontraréis tres tipos de macarrones, cinco tapas clásicas, cuatro ensaladas y bocadillos, seis opciones de chup-chup y tres postres. La ensaladilla rusa con ventresca confitada en casa y acompañada de una mayonesa con destellos de naranja es un espectáculo. También clavan platos aparentemente sencillos como las patatas gallegas fritas con salsa brava y alioli o los calamares a la romana que casi se deshacen en la boca, tiernísimos y de revoque fino. La delicadeza continúa con la berenjena ahumada con dashi y aromatizada con menta y se consolida con la merluza en salsa verde, cuya textura nos recuerda a la de las cocochas. Hablando de recuerdos, las albóndigas con sepia nos teletransportan a la cazuela de la abuela. Con el postre nos quedamos en el pasado. El flan de chocolate, sin huevo ni lactosa, es una especie de Danet casero excelso. El local tiene terraza.

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  • Bares de vinos
  • Esquerra de l’Eixample

La italiana Beatrice Casella (ex Hisop) y el catalán Iván García (ex Direkte Boqueria y Aürt) dirigen un bar de vinos que por la calidad de la comida que despachan ya podría considerarse casi un restaurante. No lo haremos porque sus intenciones quedan claras con el diseño interior del local; la protagonista indiscutible del espacio es una enorme barra alicatada en su centro. Tienen más de 200 botellas de vino natural o de intervención mínima y media docena de grifos con blancos, brisados, rosados, tintos y espumosos que cambian casi semanalmente. Para acompañar, platillos creativos con acento italiano; aceitunas de Abruzzo rellenas de pollo, croquetas de macarrones, raviolis de conté y pesto de rúcula, sardinas a la brasa con caldo de espinas y 'nduja'. Un lujo de sitio.

  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

Han tenido que pasar cien años, pero la bodega La Palma tiene un nuevo restaurante: La Palma de Bellafila. En junio del 2024, Judit Giménez y Albert Rial, los dueños, abrieron este segundo local con intenciones más ambiciosas, de muy buen restaurante: la carta corre a cargo del chef Jordi Parramon y plantea una actualización de la cocina catalana aligerada. Veamos los entrantes: en lugar de snacks de bravas y aceitunas, hay platos tradicionales convertidos en snacks, que puedes golpear con la mano. Alerta: ¡snacks de oreja! Buenísimos. Las costillas de cordero al ajillo de tamaño microscópico se apuran como el hueso de una aceituna. Parramon cocina pura temporada, más densa en otoño y fresca en verano, a base de maceración, escabeche y fermentación, y verduras de pequeños productores. Veamos unas sardinas marinadas con uva –una alusión a la 'coca de recapte'– que acaban muelando la raspa del pescado, un bocado delicioso: dulce, ahumado y crujiente. La carta está muy meditada: nada obvio, pero tampoco nada que traicione el espíritu del plato. Y esto incluye el postre: ¡pedid la evolución del pijama!

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  • Brasileña
  • El Poblenou

Buriti visibiliza el Brasil gastronómico menos conocido, el de las mujeres negras del estado de Bahia. Sara Lemos, la chef y propietaria, se inspira en los fogones de la madre, la despensa de la abuela, la palangana a rebosar de aceite de 'dendê' de la señora que vende fritos en la esquina de la calle y los libros de historia afro-brasileña. El resultado es una carta dividida en 'petiscos' (pequeños aperitivos), platillos calientes, fríos y postres. Los platos más celebrados son el 'acarajé' (una especie de bollo de masa de judías carilla, relleno de gambas, frito en aceite de palma y servido con salsa), el 'bobozinho' (crema de mandioca, leche de coco y gambas ), la 'moqueca' (estofado de pescado con leche de coco, cebolla, chile, tomate y cilantro) y la 'feijoada' dominical (estofado de alubias negras y carne, acompañado de harina de mandioca, arroz blanco, repollo y rodajas de naranja). A mediodía de días laborables se ofrece por 12,90 euros el 'prato feito', el equivalente a nuestro plato del día. El postre, impecable; un desfile de pudines, mousses y cremosos. En la carta de bebidas hay zumos de frutas tropicales (cajú, acerolo, cupuaçu), varias caipiriñas (la clásica y la de maracuyá, las que más triunfan) y también cócteles brasileños menos difundidos como el 'macunaíma' (cachaça blanca, jugo de limón y Fernet Branca) o el Casi Rabo de Galo (cachaça, vermut, Cynar y selz). El local es perfecto; con luz natural a raudales, terraza y cerquita de la playa de la Mar Bella.

  • Japonesa
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 3 de 4

Arko, abierto en verano de 2024, es un serio aspirante al podio de mejor restaurante de sushi de Barcelona. Éste es el proyecto de los empresarios Ferran Ballús y Joaquín Sánchez, los empresarios propietarios de los restaurantes Carnal Steak House. Al frente está el brasileño Rafael Erbs, ex jefe de cocina de RíasKRU, que también pasó por Pakta, Enigma y Moments y gran experto en el cruce de caminos de Japón y Brasil. La carta es una selección de sushi y sashimi potentísima, con toques brasileños, nikkei y firma de autor, con ejemplos como un nigiri de ventresca de atún, mayonesa de yuzu y kumquat, otro de pescado mantequilla con salsa 'anticuchera' o el de foie con mermelada de pimiento y kizami. El menú degustación completo incluye diecinueve piezas servidas en una bandeja preciosa.

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  • Gràcia

Pablo Lagrange (argentino, ex-Noma, Mugaritz, Tickets), Lucía Aguilar (peruana, ex-Enigma, GoXo, Boragón de Santiago de Chile) y Ricardo Mateo tienen un pequeño local en Gracia dedicado al choripán, un bocadillo de chorizo ​​criollo y chimichurri muy apreciado en América Latina. Todo lo hacen ellos desde cero: el embutido lo elaboran con cerdo Duroc y un poco de ternera, cocinado en el horno de brasa Pira. El pan es de tipo francés, con buena miga para contener la grasa de la carne y el aceite de las salsas. El chimichurri se hace con hierbas frescas, vinagre y aceite de calidad, y la salsa criolla con chiles chipotle y habaneros lactofermentados. Todo por 8,5€. Además del choripán, ofrecen 'sanguchito de vacío' con pan de chapata, kebab vegano (gírgolas, seitan, lechuga, salsa de cacahuetes y 'anticuchera') y 'pastrón' (ternera ahumada, mayonesa de wasabi, queso y verduritas encurtidas con pan bollo). Choripa es más que un local de comida rápida: es artesanía, técnica, rigor, espíritu colectivista y la demostración de que se puede ofrecer un producto de altísima calidad a un precio muy razonable.

  • Mediterránea
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4

En septiembre del 2024, el fotoperiodista Kike del Olmo cerró el Koh –exquisita cocina de autor con guiños a Asia y Latinoamérica– para reabrir como Bajarí. Ahora la cosa va de platos de todo el arco mediterráneo, producto saludable muy amigo del vegetariano y tiquetes populares de verdad. Continúa al pie del cañón el espectacular equipo creativo, Marta Roselló y Daniel Benitorace, y se incorpora la griega Gerogia Zafeiropoulou. Cocineros jóvenes y cargados de talento que con enunciados como 'berenjena, romesco y escarola' se inventan platillos llenos de precisión y complejidad que son para chuparse los dedos. Como por ejemplo, una polenta al estilo de patatas bravas con tzatziki, o unas croquetas de falafel con cremoso de remolacha. Abren de lunes a viernes de 9 a 19 h, con una carta de desayunos, almuerzos y meriendas, cargada de pasteles dulces y salados hechos en su cocina.

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  • Bares de tapas
  • Camp d'en Grassot i Gràcia Nova
  • precio 2 de 4

Este es un bar moderno con alma de tienda de comestibles. Un local sin cocina que ha convertido en virtud su carencia. La propuesta va más allá de las conservas y embutidos y apuesta por dar un toque propio a una excelente selección de producto. El responsable de la carta es Alberto Ibáñez, uno de los seis socios de esta aventura, y con experiencia en cocinas de renombre como Lomo Alto o Àbac. De momento, los 'hits' son las tortitas Inés Rosales con sobrasada de buey y el ingenioso croq-fondue. Querían tener croquetas, pero sin freidora, ofrecen la masa de las croquetas para 'dipear' con tostaditas de pan. La carta de vinos es inquieta y cambiante, y podríamos caer en la tentación de definir a Fino Bar como bar de vinos naturales. Pero los parroquianos exigen –y reciben– comida de la buena y corte frío selecto: la máquina de cortar embutidos es la estrella del sitio.

  • Catalana
  • Sant Gervasi - La Bonanova

Buena cocina, pocos formalismos y precios contenidos. Así se podría resumir la esencia de Incorrecte, abierto en Sant Gervasi en junio del 2024 y dirigido por el chef Marcel Pons. Se trata de un restaurante con alma de barrio –de barrio de la zona alta– que no renuncia a la creatividad. Pons le da un punto personal a platos del recetario más tradicional, con el mar y montaña como hilo conductor de muchos. Por ejemplo, el canelón de pollo y cigala en versión Incorrecte ya es un hit de la casa y al probarlo es fácil de entender. Y las tripas de bacalao con 'capipota' y caldo de garbanzos también son de traca.

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  • A la brasa
  • Sants

El eslogan del restaurante es 'Donde el Río de la Plata se une con el Mediterráneo'. ¿Va de cocina de fusión? No, destaca el vínculo fortísimo que existe entre la gastronomía uruguaya y la italiana y la española. El dueño es Nicolás Zas, oriundo de Montevideo, formado en cocina en Lanzarote y con experiencia en Australia y Nueva Zelanda, donde tuvo la oportunidad de trabajar en varios restaurantes con 'hats' (el equivalente de las estrellas aquí). Más de la mitad de los platos del Gurí se realizan a la brasa o algunos de sus ingredientes pasan durante la elaboración. Unos ejemplos; la empanada de espárragos, queso Urgelia y romesco; la lechuga a la brasa y salsa criolla; la gamba roja, gazpachuelo, salsa verde y ñamera; y la brocheta de lengua de vaca, vinagre de cabernet sauvignon y pimienta rosa. De postre, su versión deconstruida del chajá, un pastel tradicional uruguayo de merengue, bizcocho y melocotón. De vinos encontraréis una treintena, mayoritariamente catalanes, pero también argentinos y uruguayos. El espacio encaja perfectamente con la filosofía del restaurante; más bien pequeño, con pocas mesas y una barra alta y larga para seis comensales cerca de la cocina abierta.

  • El Putget i Farró

Vanesa Zorzoli y Santiago Macías, dueños del consolidado local graciense de cocina latinoamericana La Brillantina, tienen un segundo negocio especializado en bocadillos originales y épicos junto a Pedro Colombatti, cocinero. En la carta, ocho tapas tradicionales (croquetas de pollo asado, ensaladilla con bonito, gilda, tortilla de patatas hecha al momento, etc.) y siete bocadillos que van desde el clásico bikini elevado gracias a una espléndida mantequilla de hierbas hasta creaciones más personales, como el de panceta, calabacín en miso y manzana. Vanesa y Pedro son argentinos, así que una de las opciones es el sándwich de milanesa de black angus y mayokimchi, que ya se está consolidando como uno de los primeros hits del Fábula. Y Santiago es colombiano, así que el café es de especialidad y de su país de origen. Aquí podréis venir a desayunar, comer y cenar, y siempre... de fábula.

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