El fin de semana perfecto en Madrid

Si queremos que nos cunda el día, nada de quedarse hasta las 12 en la cama. Levántate (más o menos) pronto y empieza el día con un desayuno rápido en alguno de los bares del centro de Madrid. Una buena opción es ir a algunas de las cafeterías con encanto de Malasaña, como el Café del Jardín del Museo del Romanticismo, un rincón precioso con una buena carta de desayunos por 2,50 €. Otra buena idea es comenzar en Malasaña, desayunando en sitios tan encantadores como La Bicicleta Café o Maricastaña.

El resto de la mañana lo aprovecharemos para hacer turismo y dar una vuelta por las tiendas más originales del centro. Nuestro destino será la calle Fuencarral, donde se concentran las tiendas más modernas de la ciudad. Al llegar a la Gran Vía, bajaremos hacia Callao, y desde ahí por la calle Preciados hasta la Puerta del Sol. Aquí se acaban las compras y llega el turno del turisteo. Tomando como referencia la calle Mayor visitaremos la Plaza Mayor, repondremos fuerzas en el Mercado de San Miguel, pasaremos por la Plaza de la Villa y acabaremos contemplando el Palacio Real.

Está claro que la mejor época para realizar esta ruta es en verano o primavera, con el buen tiempo. Así podremos comer en una de las miles de terrazas que invaden las calles de Madrid de mayo a septiembre. La oferta es tan amplia que te costará elegir una, aunque nosotros te recomendamos tres: la del Mercado de San Antón, en pleno barrio de Chueca; La Terraza del Casino para los presupuestos más altos; y la del restaurante El Viajero, en La Latina, para picar algo mientras contemplas desde su azotea el ir y venir de los turistas y grupos de amigos que peregrinan de bar en bar. Si vienen en invierno o justo ese día hace mal tiempo, seguro que también encuentras un restaurante perfecto para refugiarte y comer bien.

Los sábados por la tarde es el momento perfecto para ir a algún museo o galería de arte. A pesar de que seguramente encuentres más gente que un día entre semana, la mayoría abres sus puertas de forma gratuita durante unas horas. Por ejemplo, el Museo del Prado es gratis de 18 a 20 h, y el Reina Sofía de 19 a 21 h. Cerca de estas dos grandes galerías se encuentra el CaixaForum, muy recomendable para familias con niños porque suelen tener actividades infantiles muy divertidas. En todo caso, en Madrid siempre hay una buena exposición para ver y muchas salas alternativas que te sorprenderán.

Madrid es aún más bonita a la hora del atardecer. Y el mejor lugar para contemplar la puesta de sol es sin duda en las alturas. La azotea del Círculo de Bellas Artes es siempre nuestra primera elección, por sus vistas, lo céntrica que está y porque puedes tomarte una cerveza o una copa mientras picas algo, cenas y disfrutar de los tonos anaranjados que tiñen la calle Alcalá y parte de la Gran Vía. Muy cerca se encuentran también las terrazas del Hotel Urban y la del Hotel de las Letras, algo más caras pero también con mucho encanto y unos cócteles de envidia. Casa Granada, con sus vistas a Tirso de Molina y sus raciones, también nos gusta mucho, aunque en verano te costará encontrar sitio.

Y si todavía tienes fuerzas para más, nada mejor para rematar un sábado en Madrid que con un conciertazo seguido de unas buenas copas y unos bailes. La programación musical de las salas de la ciudad cambia casi a diario, pero por sus escenarios han pasado desde grandes artistas internacionales como pequeñas bandas apenas conocidas. Y en cuando a los clubs y discotecas, la variedad es tan amplia que tu elección dependerá de la música que más te guste escuchar y el público del que te apetezca rodearte. Consejos: el mejor ambiente gay lo encontrarás en Chueca, Moncloa es zona de universitarios y la discoteca más famosa es Kapital.

Los domingos sí que son un día para disfrutar tranquilamente de un buen desayuno, o brunch, que lo llaman ahora. Después de meses de investigación, os recomendamos algunos de los mejores sitios donde hemos desayunado tan bien que estamos deseando que llegue ya el fin de semana para repetir: El Bistró de Central, con sus riquísimos huevos benedict y además puedes salir con un buen libro de allí; Dray Martina, con varias opciones para elegir, muy luminoso pero tendrás que reservar si no quieres esperar; y Bristol Bar, donde probar un verdadero (y delicioso) desayuno inglés.

Lo mejor para bajar el desayuno de los domingos es ir a dar una vuelta a alguno de los mercadillos que se celebran cada fin de semana en Madrid. El Rastro es el más típico y también el más grande, aunque siempre está plagado de turistas y bastante masificado. Una buena alternativa es el Mercado de Motores, punto de encuentro de hipsters y modernos. Encontrarás verdaderas maravillas de ropa, arte y decoración en sus puestos, incluso productos gourmet y ecológicos y bicis para todos los gustos. Si no, seguro que encuentras el mercado o rastrillo que mejor se ajusta a los que estás buscando, ¡cada fin de semana hay uno diferente!

Es un ritual típico que no puede faltar en nuestro fin de semana perfecto. Quedar con los amigos para tomar cañas por La Latina es uno de los mayores placeres de los que puede disfrutar un madrileño. Ir de bar en bar, probando diferentes tapas, acompañadas siempre con su botellín, copa de vino o refresco, entre charlas, risas y anécdotas es rozar el cielo. La Cava Baja y la Alta se llenan hasta los topes y el ajetreo no cesa hasta la noche (o incluso madrugada). Si te cansas de tanto trasiego, siempre puedes quedarte en Casa Lucio con sus huevos estrellados, disfrutar de la terraza de La Musa Latina y probar la exquisita tarta de zanahoria de Delic. 

Para descansar un poco de un fin de semana agotador y a la vez disfrutar de un buen espectáculo, el teatro será tu mejor aliado. Y llegados a este punto, para gustos los colores. Lo que prefieran ver un buen musical tendrán que acudir a la Gran Vía y sus teatros. Las obras más alternativas suelen tener lugar en salas más pequeñas como el Teatro Lara, las Naves del Español en Matadero Madrid o el Teatro del Barrio.