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Cathedral
Catedral de Barcelona

El Gòtic

Conoce los secretos del barrio con más valor histórico

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Es un buen punto de partida para conocer Barcelona. Empieza bajando La Rambla, bella y bulliciosa, y piérdete por las callejuelas medievales y las plazas del casco antiguo. Para admirar la arquitectura de la ciudad, llega hasta la plaza de Sant Jaume y visita los dos edificios de gobierno, el palacio renacentista de la Generalitat y la fachada neoclásica del Ajuntament.

Restaurantes de el Gòtic

Els 4 Gats
  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4

Fue en 1897 cuando Pere Romeu y los pintores Santiago Rusiñol, Ramon Casas y Miquel Utrillo abrieron los 4 Gats a imagen y semejanza del cabaret Le Chat Noir de París en los bajos de la Casa Martí, edificio modernista de Josep Puig i Cadafalch (1896). Rápidamente, se convirtió en un punto de reunión del talento cultural de esos tiempos y centro ideológico de la vanguardia artística. 

  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4

Los años no parecen pasar en este restaurante barcelonés. Seguramente es uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad y al mismo tiempo uno de los que pasa más desapercibido. Quizás mejor así, para evitar que se llene demasiado y correr el riesgo de que pierda su identidad. Agut es un oasis, entre la multitud de restaurantes que pueblan el Gótico, donde aún hoy en día se puede disfrutar de la mejor cocina tradicional catalana de fonda puesta día. Así es como ha sobrevivido.

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  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

Los restaurantes de hotel se están convirtiendo en espacios con presencia que atraen a clientes que no necesariamente son los del hotel. Este es el caso del a Restaurante, en el Hotel Neri, al frente del cual encontramos el chef Alain Guiard, de solvencia contrastada en el Santa Burg y La Mundana. Aquí propone una cocina divertida, juguetona. Como en el 'ragú' de corvina, berberecho y mejillón con naranja y coco, y el canelón de asado, bechamel de almendras tiernas y teriyaki.

La Plata
  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

Las tres tapas imprescindibles de este emblemático bar donde deberéis comer de pie, ya os avisamos, son el pez azul frito (no en vano, también se le conoce como Los pescaditos), la ensalada de tomate, cebolla y aceitunas y el pincho de morcilla. Nosotros añadimos una cuarta porque nos encanta, para atribuir más sentido a su apodo y porque, de hecho, aquí se acaba la carta de La Plata: el pincho de anchoas, lozanas y consistentes, ¡las mejores! ¿Para qué nada más si lo que hacen ya es bueno?

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  • Restaurantes
  • Mediterránea
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

El Bar Mono es un restaurante abierto todos los días de la semana y con cocina ininterrumpida los 365 días del año. Su oferta, basada en la compartición de platos, integra tapas, platillos, ensaladas, street food, brasa y arroces con productos de primera calidad y proximidad.

 

  • Restaurantes
  • Libanesa
  • Barcelona
  • precio 2 de 4

Dicen que hacen cocina creativa del Mediterráneo con un toque de Oriente Medio: es decir, no se encasillan en una sola cultura, sino que la abrazan muchas para poder ofrecer lo mejor gastronómicamente hablando. Tiene oferta para hacer un brunch, unos meze (tapas), almuerzo y cena. ¿Ejemplos? Hummus, tzatziki y baba ganoush para abrir el apetito, fatuix (ensalada) o raviolis kreplach con queso de cabra y salsa de mantequilla de azafrán. 

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Bodega La Palma
  • Restaurantes
  • Española
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4

De vender víveres –de eso hace ya tiempo, cuando la bodega era punto de encuentro de artistas, pintores y poetas– a ofrecer menús más que correctos los mediodías laborables, de pocos platos pero siempre elaborados con producto de temporada. Eso sí, el paso de los años no ha arrancado en La Palma la esencia de bodega original. Las botas de vino todavía pueden verse desde el ventanal que da paso a una barra de mármol llena de latas de conserva, buenos embutidos y tomates de colgar. 

  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

Arreglado a las callejuelas del Gótico, hay un minúsculo restaurante de tapas estilo izakaya donde solamente caben veintiún afortunados. La cosa va de cocina contemporánea con reminiscencias tradicionales, influencias japonesas y cocina en crudo. Muchos de los productos que utilizan provienen de la finca que sus propietarios tienen en Palamós y el establecimiento cuenta con el sello de Slow Food. 

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  • Restaurantes
  • Francesa
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 4 de 4

Desde el Hotel Ohla, Romain Fornell, un chef con más de un restaurante consolidado en la ciudad (Café Turó, La Plassohla...) y con una trayectoria admirable, continúa su carrera estrellada (una estrella Michelin) con mucho de éxito. En el Caelis despliega una cocina arriesgada, pero que a su vez conserva el punto francés de tradición. La atención en la sala es impecable, y tiene tres menús degustación, uno de ellos enfocado a realzar el producto de tierra y de mar, otro de celebración y otro 100% vegetariano.

  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Catalana
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4

Can Culleretes es el segundo restaurante más antiguo de España y el primero de Cataluña. Abrió en 1786, o sea que puedes hacer las cuentas. La familia Agut-Manubens, Siscu Agut y Sussi Manubens, cocineros de Súria, asumieron el negocio en 1958 después de trabajar en el Agut. Desde entonces, el restaurante ha permanecido dentro de la misma familia, y en la actualidad lo regentan las hijas de Sussi y Siscu: aquí trabajan nietos y parejas. Verlo funcionar es una oportunidad para contemplar un modelo de restauración tradicional, particular e identitario de Barcelona, adaptado a los nuevos tiempos. 

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  • Restaurantes
  • Española
  • Ciutat Vella
  • precio 3 de 4

Platillos, producto, ligereza, mágica combinación! En el Capet, Armando y Núria se centran en el producto de temporada para elaborar una carta corta, pero intensa, al estilo de los bistrots actuales, con la sencillez del buen producto trabajado refinadamente. No hace falta más. El éxito del primer local que tenían en Gràcia les llevó a abrir este, donde podréis disfrutar del virtuosismo de la cocina que ofrecen. 

  • Bares y pubs
  • Coctelerías
  • El Gòtic

Este es un establecimiento con más de 50 años de trayectoria, así que poca broma. Fijaos: se entra por un ascensor. Un local que es historia viva de la ciudad, de maderas y sofás rojos, que en los últimos años se ha consolidado como coctelería, aunque ellos sigan diciendo bar. Hacen cócteles –presten atención al Old Fashioned y al cada vez más de moda Mule–, pero las cervezas y los combinados clásicos siempre se pueden pedir.

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  • Restaurantes
  • Italiana
  • precio 2 de 4

Cecconi's se ha consolidado como una referencia inapelable de la restauración italiana de Barcelona. En ella triunfan platos como el vitello tonnato, unos ñoquis a la romana y la focaccia que te dejan en la mesa como tentempié. Más allá de su vinculación con el Soho House –es el restaurante del club, pero abierto a todo el mundo–, encontraréis comida italiana de primera categoría: la pasta hecha a mano, obviamente, pero también marisco y pescado cocido al carbón, como el lenguado de Dover con limón y alcaparras, y los excelentes espaguetis con langosta y guindilla.

Conesa Entrepans
  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

Lo que fue y es el primer fránkfurt que se estableció en Barcelona hace 70 años, ¡un clásico vivo de los bocadillos en nuestra casa! Y aún más desde que este histórico bar de bocadillos actualizó sus instalaciones. Ahora es algo más confortable. Esto es una cola de esas con plancha al final, vaya temprano. Pruebe el de carne de olla y salsa de Marta, todo un guiso entre panes. No nos engañemos: aquí la cosa va de bocadillos calientes y contundentes (como el pamplonica, chistorra con queso y mostaza!).

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  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

¿Un restaurante romántico? ¡Romántico es quedarse corto! Contraban del hotel Wittmore es como una cajita de música para enamorados. Nunca imaginarías que en esta esquina discreta del barrio Gótico se esconde un hotel boutique –precioso, de lujo elegante y analógico, las habitaciones se abren con llave física– con un restaurante que privilegia las mesas íntimas, la madera oscura y el terciopelo. Y que está construido alrededor de un patio interior con el muro vegetal más alto de Barcelona: 19 metros de verde exuberante, donde podréis comer si hace buen tiempo.

  • Restaurantes
  • Catalana
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

Por suerte, cada vez es más habitual que los hoteles de lujo hagan bandera de la gastronomía catalana (en lugar de ofrecer una retahíla de ensaladas césar y club sándwiches de alto standing o de fusiones internacionales). Y en el restaurante Fauna lo hacen de una forma modélica. Al frente encontramos al chef Jordi Delfa, un cocinero con mucha mili y una personalidad potente. Como dice él mismo, "no soy de los de hacer tártaros en serie, pero tampoco deconstrucciones y espumas".

 

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  • Restaurantes

De vez en cuando, hay restaurantes que en el mismo momento que abren, piensas: este será un clásico. A partir de la osamenta del histórico Café Torino de la calle Escudellers, el chef Albert Ventura (Coure) propone una cocina abierta todo el día que tanto permite hacer unas tapitas de aperitivo como una cena de alto copete. El local es una preciosidad modernista: con una larga y preciosa barra de mármol como eje vertebrador y un pequeño piso de arriba, embelesan su puerta vidriada, espejos y marquetería.

 

Informal by Marc Gascons
  • Restaurantes
  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4

El chef Marc Gascons, estrella Michelin en Els Tinars de Llagostera, trajo su savoir faire a Barcelona, en el hotel Serras. La suya es una cocina de producto, basada en la cocina tradicional catalana y presentada de forma fresca y ligera, al día. Es decir, la esencia de Els Tinars, pero con todos los detalles que comporta ser el restaurante de un hotel. Ejemplos: las bravas hojas, el arroz seco de gamba roja a la brasa y romesco y los canelones de pollo ecológico, bechamel de setas y el tártaro de ternera.

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  • Restaurantes
  • Mexicana
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

La Pachuca abrió por imperativo de espacio. Jose Luis, mexicano del DF, así lo explica: "Todo el mundo nos decía que ya no iban a El Pachuco porque estaba incluso su madre", ríe. Decir éxito es quedarse corto: un miércoles al mediodía, en El Pachuco -taquería ravalera al más puro estilo DF, entre las mejores de Barcelona- ponen cadenita de aforo. Hubiera sido fácil reproducir el modelo en otra dirección, pero el restaurante mexicano de la calle de Carabassa "es otra propuesta, sobre todo basada en los rinconcitos de mi infancia: qué encuentras en un mercado, que se come en un bautizo", dice.

 

  • Restaurantes
  • Japonesa
  • El Gòtic
  • precio 3 de 4

Los nigiris hechos con las manos de Hideki Matsuhisa llegan a nuestra boca sin alteración en la temperatura y se deshacen con todos los gustos potenciales. Una cocina estratosférica, combinando ingenio, sabores mediterráneos y japoneses, que ha merecido la primera estrella Michelin de un restaurante japonés en Barcelona. Es una ceremonia donde se controla exactamente el corte del pescado, la cantidad de arroz y la textura. Hace de este lugar un lugar absolutamente ineludible para cualquier amante de la cocina japonesa. 

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  • Restaurantes
  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4

La Pau es el restaurante de la fundación El Umbral. Aliada con la empresa Enjoy BCN y Grupo Tragaluz, este restaurante ofrece experiencia laboral a los alumnos de la escuela de hostelería El Repartidor. De hecho, La Pau ya sería destacable sin la vertiente social: un restaurante de cocina catalana moderna, con platos de alta calidad y precios asequibles, en un escenario de postal como es el pasaje de la Pau. Xavi Amor –Premio Nacional Mejor Cocinero Joven 2006– es el jefe de cocina. "Aquí, los jóvenes trabajan la tradición catalana con producto muy bueno y técnica moderna, y ver los resultados les motiva mucho", valora.

Bares

Bar Mingus
  • 5 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

El Mingus es una rareza entre los bares para turistas del Gòtic, igual que Charles Mingus también era el músico de jazz negro que, en aquella época, se atrevía a tocar un instrumento de blancos. Entre tanta melodía desafinada de pinchos de plástico, el Mingus entona con unas sabrosas albóndigas y una ensaladilla rusa de concurso. Tiran la caña como Dios manda.

Granja La Pallaresa
  • Restaurantes
  • Cafés
  • El Gòtic

Las colas de gente os indicarán dónde están las mejores granjas de Petritxol. Una es La Pallaresa, que ofrece desayunos y meriendas superlativos desde 1947. No hay ninguna duda de que el clásico chocolate a la taza y un suizo de antología son los grandes protagonistas de esta antigua lechería.

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  • Restaurantes
  • Bar de bocadillos
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

Es un clásico capaz de provocar largas colas en la plaza de Sant Jaume. Sus bocadillos lo merecen, probad el caliente de roquefort, el de cocido y salsa de Marta y los frankfurts, también para celíacos.

L'Ascensor
  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • Coctelerías
  • El Gòtic

En la barra, además, apuestan por la coctelería de la vieja escuela, muy discreta, de épocas pasadas, un poco rupestre, incluso, pero ejecutada siempre con muñeca honoris causa. Por cierto, cuando salgáis, no os dejéis llevar por los efectos del Bloody Mary.

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  • Restaurantes
  • Cafés
  • El Gòtic

La Granja es una preciosa cafetería del Call que nació en 1872 en plena efervescencia modernista, que mantiene un encanto que empieza en su magnífico portal y acaba en los restos de muralla romana que hay en su interior. En medio está un local de paredes de piedra, mesas de mármol y sillas de madera, donde nos espera una carta llena de pasteles, chocolates, tes en infusiones, refrescos, bocadillos, licores –buenísimos los de de endrina, la ratafia y el martinet– y cafés, muchos cafés. Sorprenden la gran cantidad de combinados que tienen y que complican deliciosamente el momento de escoger. ¿El café con miel? ¿Con soja? ¿Mejor el americano? ¿O quizá el mexicano –café, canela y lima? ¿Y el marroquí –con canela y pimienta negra? Sean estos o sean un simple cortado, os complacerá la atención con que se sirven los cafés en esta casa –su espuma densa, espolvoreada con un poco de cacao, el aroma, el sabor –, el trato familiar que ofrecen a los clientes, la sonrisa siempre presente, el agradable hilo musical, el paso lento de las horas, la tranquilidad y toda la tarde por delante para disfrutarla.

  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

Qué bien se vivía en las cavernas, amigos míos. No teníamos problemas de hipoteca, no sufríamos escapes de agua, no teníamos que soportar vecinos con síndrome de Diógenes. Por eso me gusta Las Cuevas del Sorte, porque está decorado como si fuera una gruta ancestral y porque entrar es como volver a aquellos tiempos en que el hombre tenía bastante con un garrote y unos calzoncillos de piel de mamut para ser feliz.Este curioso bar es un agujero esculpido en la piedra del sombrío calle Gignàs, una de las arterias más malolientes del Gótico. La planta superior del local es una locura: las paredes blancas, con todo tipo de desniveles, imitan las formas caprichosas de una cueva y todo el espacio está recubierto de incontables de estalactitas. Y hay por todas partes, incluso bajo la barra!La cueva, donde se accede a través de unas puertas de madera que parecen excedentes de los decorados del Señor de los Anillos, es la gran atracción del local y tiene un aroma caribeña especial. Pero tampoco se queda atrás el sótano, una habitación sombría donde reposa un negro de madera terrorífico que parece sacado de una película de vudú de serie Z.Las Cuevas del Sorte es un lugar entre misterioso y circense, una experiencia que se debe completar con los cócteles (6-7 €), servidos con cartas esotéricas como posavasos. Si no deseáis probar los deliciosos mojitos, optad por las recetas con zumos de frutas, la especialidad de la casa, y dejaos embriagar en esta gruta donde no cabe el aburrimiento: si

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Polaroid Bar
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

Los ojos llorosos de ET, el erotismo de calentador de Eva Nassarre, la alegría Titanlux de Cyndi Lauper y suena en la radio el nuevo single de Duncan Dhu. No es necesario calendario, porque el tufo a ochenta y colonia Chispas se siente desde aquí. Quiero apuntarme a karate, madre, con el señor Miyagi y acabar de una vez el cubo Rubik, y volver a ver de nuevo Regreso al futuro. Esta época se captura con Polaroids, las máquinas que sin saberlo se adelantaron a la impaciencia de ver cómo de ancha era nuestra sonrisa Profiden.El bar Polaroid es un mausoleo de los 80, un homenaje a las instantáneas con recuadro blanco. Vinilos, cintas de VHS y las famosas cámaras rellenan las paredes poco iluminadas, como un decorado de La Bola de Cristal. El color se lo lleva la barra, de donde cuelgan lámparas fluorescentes de este milenio que fagocita la nostalgia y hace colgantes. El gentío se abalanza ya a partir de las siete de la tarde porque es un bar, como los de antes, donde uno entra para avanzar la noche. La cerveza tiene precios de los ochenta, un euro la caña pequeña. Junto a una figurita de Betty Boop, una pelirroja de labios tan rojos como los del dibujo animado charla animada con una amiga en un taburete forrado de tiras cómicas. De la pared cuelga un traje de superhéroe que lleva en la pechera una CH de ropa amarilla. Se pasea por delante un chico que también se ha visto como un superhéroe esta tarde cuando se ha repasado el espejo de casa y el vidrio le ha devuelto la imagen de

La Plata
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

També conegut popularment com Los Pescaditos, pel seu peix blau acabat de pescar ben fregidet. Tenen vermut de la casa Perucchi, dels més antics de Catalunya. Fer el vermut aquí és sentir-se com un rei, dins una tasca d'aquelles que semblen de prinera línia de mar a Càdiz. Només preparen peixet fregit, amanida de tomàquet i un pinxo de botifarra, tot boníssim.

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  • Música
  • El Gòtic

El Nevermind resulta un ejercicio de nostalgia curioso. En este umbrío, cargado y suciote bar, honran el rock de Seattle y tienen a Kurt Cobain como el hijo del Espíritu Santo. Greñas, surferos, Alice in Chains a toda leche y, curiosamente, mucha gente joven.

The Bollocks Bar
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

Bar roquero de excelente decoración y cerveza barata con música de fondo que nos transporta a la época de Guns'n'Roses. También encontraréis un maniquí de Eddie de Iron Maiden, sentado en el váter, colgado de la pared. ¡Oh yeah!

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Juicy Jones
  • Restaurantes
  • Vegetariana
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4

A primera vista os parecerá un bar rasta ideal para tomar un zumo natural después de un rave antológica. Pero la verdad es que en el Juicy se puede comer variado y bien: ensaladas y platos exóticos, platos guisados de influencia india.... y de manera más informal, batidos, zumos diversos y bocadillos muy trabajados. Siempre trabajan con producto ecológico y su carta es totalmente vegana.

Babia
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

El centro de Barcelona es un campo de minas: esquivamos franquicias y manadas de descerebrados clónicos por todas partes y de vez en cuando, desesperados, desencantados, a punto de subir arriba del todo del hotel vela y lanzarnos de cabeza, encontramos un atajo, un puerto franco que nos arropa: y es casa. Cerca del agujero negro de la catedral hay una taberna. Una taberna taberna, sin aditivos, sin propinas modernas: un lugar para comer y beber, donde tomar algo con cuatro croquetas, o un vinito y un plato de cecina (del Bierzo: garantía de calidad). Es el Babia de Chico, un extremeño que congrega, que propicia el encuentro. Entras y arriba a la derecha ves una foto muy bonita, en blanco y negro, de un hombre fumando. Un primer plano. “Es Jordi, un amigo de la casa. Está muerto. Un artista”, dice el camarero, Joan. Toda la taberna está llena de cuadros de amigos, un toro hecho con humo, una fotografía de José Tomàs en plena faena, un busto de Camarón en un rincón... En la larga barra de madera –com debe ser– hay un hombre solo tomándose una caña: no tarda en entrar un visitante ocasional y enseguida se ponen a hablar, y entre estos y el de al lado y el camarero que se añade se crea esa curiosa mezcla de jaleo y compañía de los bares de toda la vida. Por el Babia pasan clarinetistas, abogados, trapecistas, cocineros y todo va haciendo chup-chup y de vez en cuando la olla se destapa y pasa algo. En el fondo de local hay un piano y una guitarra. A veces, tarde, llegan un par

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Bliss
  • Restaurantes
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4

Una buena carta de ensaladas y pasta, también con platos fríos de degustación de quesos, jamón o salmón ahumado. Es extraño que una terraza no se sitúe justo delante de la cafetería de la que es propiedad, pero en el callejón donde se encuentra el Bliss no hay otra opción. A pocos metros, justo en medio de la plaza Sant Just, encontraremos las sillas atentas al sol que se pelea con los muros de piedra. En épocas como la primavera, es un privilegio sentarse en esta teraza en medio del Gótico, leer el periódico y tomar un café o un zumo fresquito.

  • Restaurantes
  • Cafés
  • El Gòtic

Transformada de taberna a granja, en el Dulcinea preparan un chocolate excelente. Los más lamineros podréis acompañarlo de ensaimadas y croissants.

De compras por el Gòtic

  • Tiendas
  • Sombreros
  • El Gòtic

Imposible no fijarse en los escaparates de esta tienda centenaria, que desde 1917 ha vestido las cabezas de toda clase de gente de la ciudad. Se exhibe con originalidad y encanto lo que encontraréis dentro: panamás, sombreros cinematográficos y de época, minitoquillas de ceremonia, gorras... La oferta es tan extensa en cuanto a marcas y precios que, de nuevo, será imposible salir sin tu sombrero ideal.

L'Arca
  • Tiendas
  • Tiendas vintage
  • El Gòtic

Hay piezas de ropa que resisten el paso del tiempo, que están cargadas de historia. Son las protagonistas de L'arca, la tienda del barrio Gòtic dónde conviven, como tesoros, ropa de novia y ajuares, sábanas, mantelerías y otras antiguidades textiles, desde el siglo XVIII hasta el XX.

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  • Tiendas
  • Sombreros
  • El Gòtic

Eli Urpí estudió diseño gráfico, pintaba y esculpía vestidos, pero se enamoró de la sombrerería. Empezó haciendo tocados y pronto la atrajeron los sombreros. Se fue a París, con siete creaciones propias que vendió en la tienda de la plaza de Estienne-d'Orves, y volvió a Barcelona con tres sombrereras llenas de material del 'Marché aux pulgas'. Fue entonces cuando tomó conciencia de que se había convertido en artesana de sombreros, de forma autodidacta. En su cálida tienda del Gòtic, también os sorprenderán las pequeñas colecciones de ropa hechas con las telas antiguas y estampados retro.

Sabater Hnos. Fábrica de jabones
  • Tiendas
  • El Gòtic

Los jabones artesanales de Eliana Sabater representan la tercera generación de una casta argentina de origen mallorquín que ha hecho de la fabricación de jabones su negocio familiar. Tienen cerca de treinta fragancia que haran las delicias de vuestra piel: desde las más clásicas como las de jazmín y rosa hasta las más sorprendentes, de melón, violeta o chocolate. También os podréis lavar las manos con pétalos de jabón, con una baldosa de Gaudí e incluso con una pastilla con mensaje reivindicativo. La imaginación de estos maestros jaboneros no tiene límites.

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UK Look
  • Tiendas
  • Zapatos
  • El Gòtic

Es la tienda que más flequillos y chapas de Quadrophenia ha visto en todo el Gòtic. Uk Look es lo más parecido al armario soñado de un anglófilo irreductible. Se ha especializado en ropa mod y trabaja con las principales marcas del sector. Es una de las pocas tiendas, por no decir la única, que vende parcas mod de verdad, y además, tiene el muestrario más amplio de Barcelona de zapatos, botines, mocasines y creepers 100% british. Elegancia, abrigos que molan, camisas con estilo: un puñetazo en el estómago de los fans de Desigual.  

  • Tiendas
  • Sombreros
  • El Gòtic

En 1927 José Obach cogió una tienda de sombreros de señora y la convirtió en una de artículos exclusivos para hombre. El ritual era el siguiente: cuando entraba el cliente se le ofrecía una silla y se ponía el cenicero encima del mostrador. Fumando con tranquilidad, el habano duraba alrededor de una hora y después de los 60 minutos el hombre había comprado un par de sombreros. Los más clásicos, en los mismos muebles, encontrarán Borsalino, Steson, Mays y panamás. Las mujeres también podrán mirar, provarse y salir con un sombrero puesto.  

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  • Tiendas

Una de las peluquerías más cool de la ciudad se encuentra en el piso de arriba de una tienda de ropa donde podréis encontrar moda urbana casual y marcas nórdicas. La tentación vive en cada rincón de este espacio en forma de zapatillas, camisetas, bolsos y peinados increíbles.

  • Tiendas
  • Zapatos
  • El Gòtic

Caminando por Barcelona, es muy probable que veáis a gente calzando alpargatas. Si queréis tener vuestro propio par hecho a mano y a muy buen precio debéis ir a la Manual Alpargatera. Está abierta desde 1940, y aquí encontraréis todos los colores y estilos de alpargata que podáis imaginar. Aunque parezca mentira por el tipo de producto, es habitual que se formen colas, así que recomendamos ir un poco antes de que abran.

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  • Tiendas
  • Ciutat Vella

El respeto por el medio ambiente, la salud y los derechos de los trabajadores son la piedra filosofal de Humus, la tienda de ropa y complementos éticos ubicada en el Gòtic. Encontraréis marcas como L'Herbe Rouge, las camisetas de Thinking Mu, las propuestas frescas de Armedangles, y el calzado de Nagore, entre otras.

Loreak Mendian
  • Tiendas
  • Ciutat Vella

La marca nacida en el puerto de San Sebastián a mediados 90 se ha hecho mayor y cuenta con diferentes tiendas repartidas por el estado, a más puntos de venta internacionales. Para los que buscan vestir 'urban' y de calidad, con un punto fresco y creativo que acompaña la marca desde los inicios.

Qué visitar

  • Museos e instituciones
  • Historia
  • El Gòtic

De la plaza del Rei a la catedral hay unos 4.000 m2 de excavaciones romanas subterráneas: calles, villas y almacenes de aceite y vino, que fueron descubiertos por casualidad a finales de los años 20, cuando se levantó parte del Barri Gòtic para construir la Via Laietana. Se puede acceder a este laberinto subterráneo por la Casa Padellàs, un palacio de mercaderes del año 1498, que se trasladó piedra por piedra hasta la plaza del Rei.Incluye los centros de la plaza del Rei, el Monasterio de Pedralbes, Vil·la Joana, Park Güell, Santa Caterina y El Call.

Museu Frederic Marès
  • Museos e instituciones
  • Arte y diseño
  • El Gòtic

Frederic Marès coleccionaba todo lo que caía en sus manos, desde cepillos a vasos de ópera y gárgolas. Cuando el Ajuntament le dio un palacio para exponer su colección, el espacio no fue suficiente y acabó llenando otros dos museos en Montblanc y Arenys de Mar. Las exposiciones se dividen en tres partes. El sótano, la planta baja y el primer piso acogen las esculturas que van del período pre-románico al siglo XX, veréis una gran cantidad de tallas religiosas policromadas, tumbas, capiteles y portales de iglesias enteras. En el segundo piso se encuentra el Museo Sentimental, con objetos de la vida cotidiana, como La habitación de las mujeres, llena de abanicos, tijeras de coser y frascos de perfume, y La habitación del entretenimiento, con juguetes mecánicos, marionetas y objetos de fumadores. La tercera gran colección, también en el segundo piso, comprende una habitación destinada a la fotografia, el que fue el estudio de Marès y su biblioteca. Y antes de que alguien me lo pregunte: no es necesario pagar la entrada del museo para disfrutar de esta terraza de cuento. Juntamente con la que se encuentra debajo del porche de la Biblioteca Nacional y la del Museu Tèxtil, son quizás unas de las terrazas más especiales de Barcelona. Aisladas, con vegetación, dentro de un entorno histórico, tranquilas, son las envidia de todas las vecinas.

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  • Lugares de interés
  • Ciutat Vella

Por dentro, la catedral gótica es un lugar que impresiona; las numerosas pinturas, esculturas y el coro central esculpido (construido en 1390) destacan en la oscuridad. La catedral está dedicada a la patrona de la ciudad, Santa Eulàlia, una niña de 13 años martirizada por los romanos en el año 303 a.C. y cuyos restos yacen en la cripta, en una tumba con detalles de las escenas de tortura de la mártir (fue arrojada en un barril lleno de clavos por la vía que hoy lleva por nombre Baixada de Santa Eulàlia).A un lado hay un ascensor que sube al tejado y que permite contemplar unas vistas magníficas del casco antiguo. El claustro es famoso por las 13 ocas blancas (una por cada año de la vida de Eulàlia) y los grabados medio borrados del suelo detallan qué gremio pagó cada una de las partes de la capilla: las tijeras representan a las modistas, los zapatos a los zapateros, etc. El museo de la catedral, en la sala capitular del s. XVII, expone pinturas y esculturas de artistas góticos como Jaume Huguet, Bernat Martorell y Bartolomé Bermejo.

  • Qué hacer
  • Espacios para celebraciones
  • El Gòtic

Fue la principal sinagoga del Call (barrio judío de Barcelona) hasta los asaltos de 1391. Es una sinagoga en activo y sede de la Associació Call de Barcelona. Una de las habitaciones es sólo para la oración y tiene algunos objetos interesantes, como la menorá o torás centenarias, y en la otra se conservan las balsas de tintorero que utilizaba la familia que vivía en el edificio hasta que se descubrió su condición de criptojudíos. La fachada del edificio cumple con todos los requisitos religiosos, ya que la sinagoga está orientada hacia Jerusalén y las dos ventanas están a la altura de las rodillas para que la luz del sol entre en esa dirección.

Para salir a bailar

Sidecar Factory Club
  • Música
  • Espacios de música
  • Ciutat Vella

El templo subterráneo del indie rock cumple 30 años con una salud envidiable, una sesión diferente cada día y la certeza de que la gente cool abreva aquí al menos una vez por semana..

Jamboree
  • Música
  • Espacios de música
  • El Gòtic

Imprescindible para los aficionados al jazz, Jamboree ha contribuido en gran parte a poner Barcelona en el circuito de giras de las grandes estrellas del jazz internacional. En los sótanos del antiguo bar Brindis han actuado míticos de la escena del jazz como Bill Coleman, Kenny Drew, Chet Baker, Lou Bennet, Stéphan Grappelli, Kenny Clarke, Ornette Coleman o Dexter Gordon. Su nombre significa "reunión de tribus" en zulú. Y es que Jamboree ha sido punto de reunión de artistas e intelectuales, que se encontraban en la cava de jazz, uno de los lugares culturalmente más activos de la ciudad y motor de la vida cultural en la plaza Reial.

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Harlem Jazz Club
  • 4 de 5 estrellas
  • Música
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  • El Gòtic

Como una farmacia de guardia, así me viene a la mente este local del Gòtic. Si necesitas una dosis de música en directo, el Harlem Jazz Club siempre está. Pocas veces al año te encuentras la sala en silencio. No necesita una cruz verde iluminada a todas horas. Hasta él se acercan los guiris y los barceloneses. Algunos se pierden antes de llegar. Al Harlem se va a ver qué pasa pero, sobre todo, a ver quién toca. A oscuras, sentados en las sillas, o de pie, apretujados en la barra, escuchamos el concierto del pequeño escenario. Bajo el rótulo de neón, se escriben todas las canciones de blues y los gatos solitarios son bienvenidos. El local continúa casi intacto desde que abrió. Conserva la vidriera y una puerta que recuerda a las famosas cabinas inglesas. Como si no quisieran desentonar, los cuadros de las paredes son oscuros. Se han pintado músicos de jazz en tonalidades que casi no se alejan del negro, como si no quisieran molestar. Jazz, blues, funk, reggae se pueden escuchar cada día, depende del grupo. Por estas paredes han pasado la mayoría de músicos del país. Unos dieron sus primeros conciertos y otros han vuelto a tocar al Harlem cuando creían que fuera había demasiado ruido. Albert Pla escogió el Harlem para volver a tocar. Llenó unas cuantas noches con la gente sentada prácticamente en la barra. Aún y así, no hay que esperar a que toque alguien conocido en este local: vale la pena ir esta misma noche para que alguien te hable, como si fuera del barrio de Nueva York,

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  • El Gòtic

Parece que en el bote pequeño está la buena confitura. Aunque no caben más de cincuenta personas, no se cortan a la hora de programar a algunos de los mejores nombres de la electrónica nacional e internacional. Ubicado en un antiguo tablao flamenco, hay un público fiel que pasa cada fin de semana la doble puerta que separa el exterior de una pequeña pista y una barra al fondo del local. Lo mejor del Macarena Club es la facilidad de encontrarse en familia a los pocos minutos.

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Sor Rita
  • 5 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

Ingredientes: un chorrito de Carmen de Mairena, una pizca de Pepi, Luci y Bom, una loncha de Paco Clavel, un trocito de Falete, dos gramos de Paca Carmona, la ralladura de un callo de Marujita Díaz y aceite. Muchísimo aceite. Bienvenidos a Sor Rita, posiblemente el tugurio más kitsch de Barcelona, el único bar que ha conseguido colar su foto en la Enciclopedia Catalana para ilustrar la definición de petardeo. El nombre del local (diminutivo castellano para definir a las señoras alocadas) tiene poco de eclesiástico, de hecho es un espacio que atrae pecadores, libertinos y canallas, como la miel a Winnie The Pooh o las chocolatinas a Sloth. Mirad donde vea, encontraréis imágenes que dilatarían las pupilas de Pedro Almodóvar. El techo de la entrada está lleno de zapatos de tacón, tienen un mural gigantesco con imágenes de los principales héroes de Plomalandia (Diana Ross, Alaska, Abba, Boy George), han tenido huevos de colgar un toro de plástico y un vestido de flamenca en una pared; tienen la vigilancia constante de una monja alcohólica ... Sor Rita no da tregua a los televidentes de Intereconomía. Basta con echar un vistazo al altar que han levantado en honor a sus pecadoras favoritas del siglo XX o a la colección de pelucas retro que hay a disposición del visitante embriagado. Este es un agujero único en su especie, el director's cut de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Y si veis una tienda de campaña ante la puerta, no se trata de ningún indignado o de una protesta d

La Fianna
  • 3 de 5 estrellas
  • Música
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera

Carta de vino nutrida, colección de cócteles bastante correctos –el Sex on the Beach es el mejor–, colores terrosos narcóticos para la vista, aires neohippies para jóvenes de pasta y carta blanca para quienes no saben sentarse como personas normales y necesitan mostrar los agujeros de los calcetines a la concurrencia...

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Marula Café
  • Clubs
  • El Gòtic

Los clubbers más maduritos se emocionaron cuando el famoso Marula Café de Madrid anunció que abría en Barcelona, y no ha decepcionado. Ponen música negra que puede ir desde Sly a Family Stone pasando por Michael Jackson y Fela Kuti, siempre de calidad y 100% bailable.

Bar Mingus
  • 5 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

El Mingus es una rareza entre los bares para turistas del Gòtic, igual que Charles Mingus también era el músico de jazz negro que, en aquella época, se atrevía a tocar un instrumento de blancos. Entre tanta melodía desafinada de pinchos de plástico, el Mingus entona con unas sabrosas albóndigas y una ensaladilla rusa de concurso. Tiran la caña como Dios manda.  

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  • Bares y pubs
  • El Gòtic

No hay nada igual en Barcelona. Una caja de cerillas vintage que casi pasa desapercibida, un rinconcito retro trufado de luces, sillas y mesas de diseño de los años 60-70, un pequeño orgasmo estético que, si queréis, os podréis llevar directamente a casa. Todo el mobiliario, incluso la vajilla! - Está a la venta. ¿Mi fantasía? Que me toque un Euromillón, entrar y decirle al camarero con una sonrisa: "Te compro todo el bar".

Café Royale
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs
  • El Gòtic

Encuentro unos cuantos ejemplares masculinos con gorras de esas de golf que se han puesto de moda y gafas Ray-Ban graduadas. Ellas van elegantes, modernas, perfumadas con Marc Jacobs, hablan diferentes idiomas y están buenas, muy buenas. Nada ha cambiado en este cadáver resucitado. Divino cadáver, por cierto. Ya quisieran muchos volver de la tumba como lo ha hecho el mítico Royale, con un aspecto tan suntuoso, con un brillo tan cegador. Lo mejor, de todas formas, es lo que representa este islote de lujo y diseño ahora mismo en una zona tan degradada y llena de zombis como la pestilente calle de Nou de Zurbano. Tiene mucho mérito que en medio de la inmundicia, se levante este lujoso bar, un trocito de cielo en medio de un infierno de orines, aguas mayores y penumbra amenazadora. El local es una delicia, gracia a un diseño que combina plafones de madera al estilo sauna finlandesa, azulejos de colores y recursos decorativos ultramodernos, como los cojines anaranjados de la pared del fondo o los plafones iluminados de la barra. Es una fusión de modernidad y elegancia muy bien ejecutada y adaptada a un público internacional con dinero en los bolsillos y pasión por el nuevo coolness. Y lo viste todo con música negra actualizada, DJs de la categoría y experiencia de Fred Guzzo y hasta conciertos en la espaciosa sala interior, donde hay jam sessions de flamenco y de jazz. Por cierto, si queréis comer algo antes de poneros finos, tienen un bar de tapas con desembocadura en Escudellers

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